Creo que es un error compararse con ese pasado que algunos tanto añoráis. Los tiempos han cambiado, para bien o para mal, pero han cambiado. De nada sirve la queja o el lamento. De nada sirve no hacer uso del presente y querer seguir viviendo del pasado (evitando el uso de nuevas tecnologías), porque ese pasado ya no existe. No está. Lo que queda es el presente y el futuro. ¿No te gusta? A mi tampoco me parece gracioso la verdad, pero hay que adaptarse a él y a ser posible, mejorarlo. Pero nunca volviendo al pasado, sino aprovechando los avances actuales en favor de un presente y futuro mejor. El viejo sueño de la cabaña en el monte pasó a la historia, Google Maps te localizará en menos de lo que tardes en encender el fuego.
Partiendo de esta nueva realidad, creo que estamos en una época de cambio. Un cambio a nivel tecnológico, social y moral. Es importante este último punto a mi parecer. La ausencia de un órgano que dicte una serie de órdenes que la sociedad tenga que cumplir y que la ausencia de cumplimiento suponga un castigo divino o terrenal, supone un libre albedrío que aún no sabemos como utilizar. La imposición, fuera buena o mala, generaba conductas parecidas o absolutamente contrarias que dentro de su ser eran entre ellas iguales. La libertad, da al ser humano una gama enorme de posibilidades. Y ante tanta diversidad, al final brilla el desconcierto y nos unimos a las mayorías, que son hoy lo que antes fueron las minorías que imponían leyes y conductas morales.
Viendo la sociedad actual, lo que veo es que la gente cree buscar amor, pero lo que realmente les hace feliz es el enamoramiento, que a la postre será la razón de sus lamentos.
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