Para mí no existe un amor verdadero y un sucedáneo porque no creo que exista una manera correcta y a la que todos debiéramos aspirar de amar. Cada persona y las parejas que va formando es diferente y éstas son un reflejo de cómo es la persona.
Coincido en que parece que nos hemos vuelto demasiado exigentes respecto a los demás y demasiado indulgentes con nosotros mismos, parece que pretendamos que la otra parte se esfuerce, que esté siempre demostrando que no nos hemos equivocado al hacer nuestra elección, que esté en un constante desvelo por nosotros o de lo contrario se acabó lo que le damos. En definitiva, nos hemos vuelto egoístas
Pedimos respeto por nuestras opiniones y apetencias pero no estamos dispuestos a ceder un milímetro en nuestras posiciones, queremos que sea el otro el que se esfuerce, pues ¿acaso no dice que nos quiere? Pues que lo demuestre cada día
Creo que el amor es egoísta porque nosotros somos egoístas. El amor no puede ser abnegado si nosotros no lo somos, no podemos pretender que nadie nos dé lo que nosotros no estamos dispuestos a dar y así cada inconveniente o defecto de esa persona cuando aparezcan el desencanto y el aburrimiento, cuando se acabe la magia, serán obstáculos insalvables que se interpondrán entre los dos haciendo imposible la relación. Y correremos en busca de esa magia, de esa persona con el atractivo que deseamos, que nos ame aunque sea mentira mientras nos deleite la vista, y dejaremos a la que antes era nuestra alma gemela porque ya no es lo mismo, porque se ha convertido, igual que nosotros lo somos, en víctima de nuestro egoísmo.
|