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Yo veo de lo más lógico y normal que un ex invite a otro a su boda, a fin de cuentas si en su momento estuvieron unidos sería porque existía entre ellos un potente vínculo, el cual estaría alimentado, entre otras cosas, por la amistad. Siendo así, que es como debería ser siempre (aunque es obvio que no siempre lo es), el hecho de haber roto la parte sentimental del vínculo no tendría por qué romper también la parte de amistad, y si esta amistad no se ha roto, pues normal que se le invite a la boda al amigo.
Obviamente, tú no estás obligada a ir si no quieres o te incomoda la situación, pero lo que no puedes ni debes es poner obstáculos para que vaya tu pareja si quiere hacerlo. Es más, deberías animarle a que lo haga, demostrando así que confías en él y no tienes recelos al respecto.
Lo de la distancia me parece una bobada, con todos mis respetos. 600 kilómetros para ir a la boda de un amigo no es tan gran esfuerzo, por favor.
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