La envidia, el pecado capital español

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Se dice que la envidia es el pecado o defecto español por antonomasia. Muchos se molestan o nos hemos molestado alguna vez porque a un conocido les salen las cosas mejor o tiene algo que nosotros codiciamos. Pero nunca nos preguntamos por qué a ese conocido nuestro les salen las cosas mejor o tiene eso que nosotros codiciamos y que nos gustaría tener. Vamos con algunos ejemplos:

1-Uno de los ambientes que despierta más envidia, sin duda es el laboral. Cuantas veces no ha chirriado alguien los dientes al ver que un compañero tiene mejor posición laboral que él; o ha conseguido un ascenso en poco tiempo que lleva en la empresa, mientras que el individuo envidioso lleva muchos más años en la empresa que él; o el sueldo del envidiado es mucho mayor que el del envidioso y a éste último le gustaría ganar lo que gana el otro o aun más. Pero el envidioso no tiene en cuenta que, la mayoría de las veces, si el envidiado tiene mejor posición que él, es debido a un producto de su esfuerzo personal. Por ejemplo, si alguien, por mucho tiempo que lleve en la empresa solo tiene los estudios primarios y un día llega un trabajador nuevo en la empresa y le molesta que en poco tiempo ese nuevo consiga un ascenso, sin tener en cuenta que ese compañero nuevo tiene una carrera.

2-Otro ejemplo laboral, pero ya enfocado a diferenciar dos ambientes laborales distintos, el privado y el público. Los trabajadores de empresas privadas suelen quejarse o suelen hablar peor que mal sobre los funcionarios y los privilegios que tienen los trabajadores del ámbito público; privilegios que son inexistentes en las empresas privadas. Pero los trabajadores privados no tienen en cuenta que, dejando aparte los casos que haya de "puestos a dedo", es decir, que consiguieron ser funcionarios porque algún familiar suyo lo es o bien tiene amistad con un "pez gordo" de la política, el resto de funcionarios consiguieron su plaza porque tuvieron que pasar un proceso de selección de oposición. Y mientras un funcionario tuvo que sacrificar numerosas salidas de fin de semana o de puentes para estudiar, un trabajador envidioso del ámbito privado se pasaba horas enteras en pubs y discotecas los fines de semana y festivos. Es decir, se envidia la posición, pero no el esfuerzo que supone llegar a esa posición. Mucha gente quiere resultados sin esfuerzo, pero nada es gratis, salvo para los cuatro gatos familiares o amigos de peces gordos, pero esos sujetos son completa minoría.

3-El tercer ejemplo trata de la envidia que se tiene por codiciar objetos que al envidioso le gustaría tener. Por ejemplo, un guitarrista que tiene una guitarra barata se enfada porque un conocido suyo tiene una guitarra de profesional y a él le gustaría tenerla. Pues es tan simple como sacrificar caprichos superfluos, como salidas de fin de semana y dejarse los vicios, que aparte le vendrán bien para su salud, e ir juntando dinero poco a poco. Al final lo conseguirá, en vez de estar descargando ira contra el guitarrista envidiado.

4-Este ejemplo es sobre aquellos envidiosos que aplican la "ley del mínimo esfuerzo". En cuestión escolares que se irritan porque compañeros obtienen notas mucho mejores. Tan sencillo como estudiar y verán ellos como aprobarán o subirán nota. O aquel guitarrista que se enfada porque un conocido suyo toca mucho mejor que él. Que ensaye y practique más tiempo del que emplea y verá como toca mejor.

5-He dejado para el final el ejemplo más delicado, porque aquí las mejoras de resultados no dependen únicamente del esfuerzo personal de la persona que siente envidia, sino también de otra persona de sexo opuesto. Me estoy refiriendo al tema principal del foro, el del amor o la pareja. Nos irritamos o nos llenamos de envidia porque otros sujetos consiguen con facilidad las chicas que nos gustan y que nos rechazan sin ni siquiera conseguir que nos den los buenos días. Aquí todo es subjetivo y depende de muchísimos factores, físico, edad, nivel de sociabilidad, etc. Pero la mayoría de veces, los que triunfan con facilidad con aquellas chicas deseadas, es debido a que su naturaleza se lo permite. Aquí el esfuerzo personal del envidioso solo puede basarse en dos aspectos, trabajo del cuerpo con ejercicio físico y privándose de muchos alimentos superfluos que engorden, de cara a obtener un físico mejor; y el otro aspecto a trabajar es el incremento del nivel de sociabilidad y autoestima. No puede hacer nada más, porque hay aspectos que ya se escapan de las manos. Por ejemplo, si a una chica deseada le gustan los hombres altos y el envidioso mide 1,70, no puede hacer nada. La estatura o se tiene o no se tiene. Tampoco podrá conseguir nada si a la chica le gustan los hombres con rasgos faciales de querubín o actor de Hollywood o Crepúsculo, porque los rasgos faciales no se pueden cambiar, salvo sometiéndose a la cirugía estética, lo cual no es recomendable. O si la chica no está interesada en hombres mayores de 30 años y él tiene 45.

Bueno, exponed vuestro punto de vista. La envidia se puede curar, pero para ello hace falta un esfuerzo y propósito personal.