La distancia y la llama que se apaga

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Hola a todos

Bueno me he metido en este hilo de relaciones a distancia porque yo precisamente estoy pasando por una. Llevo dos años con mi pareja, el primero me fui a vivir con él a otra ciudad (o, más bien) trozo de desierto. Lo dejé después de un año porque, básicamente, no tenía vida, era todo el días estar en casa 24 horas con él y haciendo la comida, sin amigos, trabajo, ni demasiada movilidad.

Posteriormente le propuse de volver, ya que seguía enamorado de él aunque sí quería que las circunstancias fueran otras, las de una pareja "normal", con su espacio y demás.

Sin embargo, él volvió a su ciudad y ahora estamos a distancia. Es duro porque también tú pasas por una extraña soledad en este tipo de relaciones, convives con gente que sí disfruta de sus parejas mientras tú no puedes y las conversaciones por Whats App se convierten en la quinta esencia del contacto genérico, es una rutina que parece consumir aún más la pareja, pues distorsionas la imagen de lo que tuviste.

Digamos que estoy en una relación en la que todo es blanco o negro, falta cierto equilibrio y a veces me culpo por desear que fuera así, me veo como alguien exigente pero, realmente, lo único que quiero es poder disfrutar de mi pareja pero también de mis amigos, de planes, de proyectos en común.

En ocasiones me planteo dejarle de nuevo, principalmente porque, además, las pocas veces que nos vemos apenas tenemos relaciones y no busca trabajo de lo suyo alegando que quiere vivir del arte por fin y su actividad comienza a tener éxito en su ciudad.

Tengo que decir también que es una persona con la que siempre he conectado, buena y amable, pero también muy insegura, algo que empeora la situación, pues llevo unos meses en que todo lo proveniente de él son inseguridad, miedos y negatividad y, sinceramente, estoy un poco agotado. Creo que, aunque estés con una persona envidiable, también una relación se nutre de muchos aspectos que, en este caso, solo yo me esfuerzo por cumplir.

Y, lo peor, es que tengo miedo de que, si le dejo, vuelva a arrepentirme y que me sienta como una persona que no sabe lo que quiere.