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Antiguo 29-Jun-2016  
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Conocí a un chico hace casi 2 años, llamado Jose. Siempre mantuvimos una relación muy íntima y aparentemente exclusiva, aunque por una serie de cosas no lo hicimos oficial hasta pasados 5 meses.(Si, esto es unaa historia gay jajaja)

Cuándo lo conocí mantenía una guerra abierta con su exnovio Carlos, con el cual había terminado hace 1 año. Aunque el se definía como soltero y una persona sin ataduras, su ex hacía acto de presencia cada X. Cuándo se enteró de mi relación con el, actuó de una forma un tanto violenta, diciendo que yo era conocido por ****** con muchos tios, que ramera era una palabra que bien me definía, y metiéndose con ciertos aspectos de mi físico. Jose le paró los pies en el acto, y esta persona, aparentemente, no le volvió a decir nada mas de mi.

Carlos mantenía una relación de amor-odio con el. Si en cualquier momento había una mención en Twitter mía hacia Jose, o al reves, o se subía alguna foto nuestra, la reacción de Carlos llegaba con su ira en máximo esplendor. Jose se tiraba horas entrando al trapo y discutiendo con el, y las cosas siempre terminaban fatal entre ellos. Finalmente la historia se solucionaba porque Carlos pedía perdon, y todo quedaba en una aparente calma y promesas de cordialidad que a las 3 semanas se volvían a romper, ya que la locura estallaba y siempre había algo que sentaba mal.
Las escenitas siempre llegaban, a veces en forma de mensaje diciendo que lo amaba, otras pateándolo por mi relación conmigo, otras llamándolo y riéndose de el, otras plantándose en su casa para pedirle volver e intentarle besar, otras devolviéndole en una caja sus cosas por ver una foto nuestra... Han habido tantos numeritos absurdos que ya no soy capaz de acordarme.
Yo no he llevado esto bien. A pesar de las ganas de devolverle a Carlos toda la mierda, sabía que lo inteligente era mantenerme al margen y dejar que se mostrase tal y como es. Una estrategia que me funcionó pero que me quemó muy lentamente, porque para mi era muy frustrante no decirle nada, sobre todo al ver que Jose no tenía el suficiente respeto propio para ponerlo definitivamente en su sitio. Pero me decía a mi mismo que yo no era oficialmente nada, y que cada uno gestiona sus relaciones como quiere.

El Apocalipsis terminó el día que recibí una llamada en número oculto. Entre otros muchos calificativos, eran dos chicos riendose de mi, diciendo que Jose zorreaba con todo Dios, que yo era muy feo y que todo el mundo se reía de mi porque estaba quedando como un tonto. El modo de operar era muy Carlos y de su mejor amigo, yo no conozco sus voces, pero por la información que soltaban y el desprecio con el que hablaban apuntaba claramente a ellos, conclusión a la que llegamos tanto yo como Jose (que justo esa noche también le intentaron hacer una encerrona y aue recibió una llamada de Carlos así un mes antes). Aunque la llamada fue una cosa malintencionada y de quinceañeras, a mi me afectó mucho. Venía de una relación con muchísimos problemas de cuernos y terceras personas, y además había pasado también con Jose una cosa muy recientemente. Aunque por dentro escupía sapos, fuego y culebras, Jose y yo decidimos hacer un pequeño experimento para ver si Carlos estaba otra vez en modo locura. Jose me mencionó de forma inofensiva y cariñosa en Twitter y la reacción de Carlos no se hizo esperar. La tercera guerra mundial estalló, y ellos discutieron. Carlos finalmente pidió perdón por lo ocurrido, pero se excuso diciendo que el no había sido el de la llamada. Yo no me lo podía creer porque toda evidencia apuntaba hacia el, y en caso de confesión estaba dispuesto a llevar esto a la policía si podía. Jose finalmente lo creyó, y le dio un voto de confianza puesto que aunque pensaba que era el, no se podía demostrar lo contrario. Yo me hundí totalmente en la frustración, porque además de no zanjar el tema vi claramente el peso que tenían las palabras de Carlos sobre el. Ambos se volvieron a prometer su cordialidad eterna y su cariño, y ahí quedó la cosa.

Dos semanas después lo nuestro se hizo oficial.Las cosas se calmaron a partir de entonces, y ya no se producían las peleas de amor-odio por parte de Carlos, posiblemente porque al haber formalizado conmigo ya todo estaba perdido.
En este año las cosas se han caracterizado por ser una continua guerra fría entre ellos. Ahora te hablo, ahora no, ahora hay cordialidad, ahora os bloqueo, a las semanas te desbloqueo, Carlos se ponía a beber justo a mi lado en toda la feria como forma de provocación (no me decía nada, era un poco más en plan "Aqui estoy yo"). Todo de una forma muy indirecta. Yo siempre que ha venido de buenas le advertía a Jose que no confiara, que la cordialidad nunca duraba y que el equilibrio nunca sería posible porque es una persona llena de dobles intenciones e inestable. Tristemente no me equivocaba, y a pesar de todo, Jose nunca me escuchaba y le daba una oportunidad, cosa que hacía crecer mi frustración ya que es la historia interminable.
La última disputa ocurrió hará 3-4 meses. Carlos empezó a subir fotos de chupetones en Instagram en lo que parecía en otros de su intentos por llamar la atención (ya lo había hecho antes). Jose creyó pillarle la mentira y se moría de ganas por soltarselo, por lo que le puso una pullita en Twitter. Aunque si es cierto que yo creí que podía ser una provocación, en todo momento le aconsejé no entrar al trapo por si acaso el chupeton y los mensajes eran por otra historia diferente. Resultado: Carlos le habló preguntándole por la pullita, y le dijo que tenía una relación con otro chico. Jose interpretó mal las señales e hizo el ridículo. Yo me quería morir de la vergüenza porque que tu novio le mande una pullita a su ex por Twitter, y sobre todo cuando llevas tanto tiempo con el, no deja tu relación en muy buen lugar. Fuí duro pero honesto con el, y le dije que se merecía lo ocurrido.

A día de hoy esta historia me tiene muy pero que muy quemado. Cada vez que Carlos aparece para hablarle me pongo de los nervios, porque no confío nada y ha hecho mucho daño. Además Jose insiste en darle eternas oportunidades que no van a ninguna parte, y no descarta la posibilidad de quedar con el, algo que además de que no procede, me parecería hasta insultante. Parece que ignora el hecho de que yo sufra por esta historia, y minimiza muchísimo el hecho de que yo haya aguantado todo esto, diciéndome que me tomo las cosas demasiado a lo personal y me hago el protagonista y que el principal afectado es él. Me planteo terminar con esta relación, porque cuando se trata de Carlos, mis sentimientos parece que se trasladan a un segundo plano, y aunque no hace nada irrespetuoso para mi, no puedo soportar que esta persona tan tóxica regrese a su vida, y exponerme a que me salpique todo de nuevo. Por un lado Jose me dice que exagero, pero por otro lado no entiendo como después de tantas cosas Jose no es capaz de decir BASTA por bienestar nuestro, ya que no lo hace por respeto a el mismo.
 
Antiguo 29-Jun-2016  
She
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A mi me parece que tu novio sigue colado por el ex y que, como no pueden estar juntos porque se llevan mal, ha encontrado la forma de estar pero no estar. Hablalo seriamente con él y si no hace caso pues tendrá que soportar lo que tú decidas hacer, porque sinceramente te están tomando el pelo de una forma inaceptable.

Mucha suerte.
 
Antiguo 29-Jun-2016  
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Esta es la historia del perro del hortelano, ni come, ni deja comer, pero por ambas partes tanto por tu novio como por su ex, dos no discuten si uno no quiere.

Por lo que cuentas si no se lía por Carlos se lía porque tu novio ve algo que le molesta o no le cuadra e intenta chincharle para que salte y acabar peleando, eso es buscar las cosquillas y tener ganas de lio.

Es obvio que la cosa no se ha zanjado porque tu chico no quiere, pienso que quiere mantener ahí en el banquillo a su ex, porque sabe que no pueden estar juntos pero separados tampoco, el hecho de ponerle en su sitio significaría que Carlos desapareciera por completo e hiciera su vida con otra persona y eso a tu ex no le gusta nada, le gusta la exclusividad y tenerle detrás llorándole, le subirá el ego bastante imagino, no sé si es obsesión, avaricia o amor pero está claro que tiene sentimientos por su ex todavía y tú eres el tercero en discordia, el que le acompaña para que no este solo.
 
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