Cuando no puedo mirar tu cara
miro tus pies.
Tus pies de hueso arqueado,
tus pequeños pies suaves.
Yo se que te sostienen,
y que tu dulce peso
sobre ellos se levanta.
Tu cintura, tus pechos,
la duplicada púrpura
de tus pezones,
la caja de tus ojos
que pasionales mi miran,
tu estrecha boca de fruta,
tu cabellera negra,
pequeña torre mía....
Pero no amo tus pies
sino porque anduvieron
sobre la tierra y sobre
el viento y el agua,
hasta que me encontraron.
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