A mí me pasa a menudo con el tema informático... afortunadamente no es tan frecuente pero la última vez me jodió bastante.
Mi primo me propuso una tarea realmente ardua... Hacer funcionar una PM de ordenador de finales del siglo pasado (¡se dice pronto!), un maldito Pentium de 166 Mhz, similar a uno que tuve yo en el 1997.
El propósito era habilitar un cascajo de ese estilo para que sus hijos empiecen a introducirse en el mundillo de la informática... ¡Hasta querían que funcionase internet! Yo dije bien claro... con estos mimbres no hacemos un cesto.
¡Trata de arrancarlo, Carlos! Eso me dijeron y de veras que lo intenté... No, si arrancar sí arrancaba, con extrema pereza. Quitando algunos procesos de inicio y programas inútiles que había instalados... todo ello me costó una tarde.
Sin embargo, cuando vino mi tio, ya para rematar la jugadita, se hizo el graciosillo y me dijo: "Si tienes alguna duda, puedes preguntarle a XXX (su nieto, un niño de 8 años)". Ya entonces me dio tanta gana de dejarles tirados con su p*** trasto que realmente tuve que hacer esfuerzos incalculables por no contestarle como se merecía... Sin embargo, al final dije algo como... "si tanto sabe el niño, que venga aquí y lo arregle". ¡No me pude aguantar!
Como ves, comprendo completamente tu situación. No sé si en tu caso te tocará también aguantar alguna tocada de pelotas pero en fin. El hecho de tener que arreglarles los cacharros por la jeta es ya mareante... lo que tú necesitas es algo de asertividad y hacer valer tus talentos.
No todos los que te piden ayuda tendrán tanta necesidad ni serán amistades tan íntimas. Habrá algunos a los que habrá que cobrar y otros a los que estarás encantado de ayudarles generosamente pero como favor personal y no obligación cansina y desmotivadora. ¡Tú decides! En cualquier caso, no creo que pierdas amistades por dejar claras las cosas en esos términos y si las pierdes es que eran unos malditos aprovechados...
¡Te deseo mucha suerte!
|