Ahora, son tus manos las que cuentan tu más sincero sentir, tu teclado es tu fiel aliado, es el que te da la posibilidad de plasmar en una pantalla lo que le expresarías a un fiel amigo, un amigo, más que eso, un perro fiel, está ahí, no te traiciona y te “escucha”, al igual que la pantalla y tu, frente a frente y por medio un silencio que no incomoda, un silencio lleno de pensamientos, un silencio que no traiciona, sin protestas ni juicios previos, con un absoluto derecho a la libertad de expresión.
Libertad, si, me convierto en componentes del aire y voy deslizándome por toda mi habitación, me muevo al son de un “todo” y al compás de mi vals se reúnen todos los suspiros que aquí pasaron, me uno con el “todo” y la tranquilidad me inunda. Puedo ver como el día pasa ante mis ojos, como todo lo de aquí adentro quiere escapar y salir por esa ventana, quiere volar, quiere sentir, quiere vivir.
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