|
Esta es mi historia: me enamoré (sigo enamorada) de un niño mas de 10 años menor que yo; tengo 30. El caso es que cree en mi estúpida cabeza una personalidad bastante atrayente que de ningun modo se correspondia con el ser que de verdad era. La fistoria nacio en internet como tantas, pero mi corazón todavía no entiende que a través de la red se pueden hacer canalladas fenomenales. Demasiado crédula fui, le creí todas sus patrañas, pero algo me decía que nunca me había dicho la verdad. Intenté alejarme, cerré mis perfiles publicos, mis correos, mi blog personal, pero este niño siempre encuentra la manera de ridiculizarme con sus amigotes y perseguirme al punto de no poder deambular en ningun sitio.
Yo comprendi mis errores, me los mastique bien y dejé de insistir en algo que jamás tendría sentido, por las diferencias de edades, por las distancias, por las mentiras pero sobre todo por mi deficiencia en lograr que sintiera algún afecto bueno por mí, aunque solo fuese amistoso. Ya no me siento tranquila, no se que más borrar, como desaparecer mi rastro y lo que más me daña es que se llena la boca hablando injurias y asquerosidades de mí cuando ni siquiera nunca me miro a la cara.
He caido en una pena muy grande, desconfio de todo ser que se me acerque, no creo ni siquiera lo que mis amigos de mucho tiempo me dicen. No sé si culparme por haberme fijado en lo prohibido. Sé que la pena que siento es real, muy grande. De verdad, en las mañanas me levanto y cuando lavo mi cara, frente al espejo me lleno de verguenza por no poder borrar este episodio absurdo de mi vida y sacar a esa persona que me utilisó de mi corazón.
|
Mode Lineal
