Por lo que leo, todos o casi todos los abandonados nos apuntamos a un gimnasio. Y a los que no lo han hecho, todo el mundo se lo aconseja.
No puedo evitar cada vez que estoy en el gimnasio pensar que todos los que veo a mi alrededor, corriendo en la cinta, haciendo bicicleta o pesas, son tipos abandonados que están allí para recuperarse del dolor.
A este paso iré por la calle y cuando vea un cachas pensaré: "A este le dejaron hace tiempo, porque lleva mucho en el gimnasio". Y por la misma razón, cada tio escuchimizado me hará pensar: "He aquí un tigre, que tiene mujeres a tutiplén".
¿No será todo esto un complot de los dueños de los gimnasios que sobornan a las novias para que nos dejen y así inflarse a ganar dinero a costa de los abandonados?
Propongo que a partir de ahora aconsejemos, en lugar de apuntarse a un gimnasio, que todos los abandonados nos apuntemos a un curso de pintura al óleo. Y que se jodan los de los gimnasios.
(las cosas que escribe uno por la mañana, en completo estado de sobriedad....)
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