Hola, os escribo pues estoy viviendo un auténtico culebrón.
Comencé con esta chica hace aproximadamente un año, ambos somos estudiantes de 4º curso de la misma carrera, y tenemos 20 años. Empezamos como compañeros, nos llevabamos bien, y surgió una bonita relación.
Todo iba bien, hasta que llegó el verano. Ella para no separarse de mi se metió interna en una empresa de mi ciudad para estar conmigo durante las vacaciones. Yo fui un tonto y no le presté la atención que se merecía, di prioridad a cosas que no la tenían, ella lo pasó mal y comenzamos a tener unas movidas muy fuertes en las que estuvimos a punto de dejarlo.
Entonces me di cuenta de mis errores, cambié mi actitud y empecé a ser atento y considerado con ella. Lo cogí un poco tarde, pues ella estaba muy dolida, pero hizo un esfuerzo y estábamos consiguiendo arreglarlo poco a poco.
En septiembre se fue de viaje a Brasil con la gente de clase, y cuando volvió la noté completamente cambiada. Estaba fría, distante. Al preguntarle qué le ocurría me dijo cosas como "no te he echado de menos" o "ya no estoy enamorada de ti", "no es como antes", etc.
Esa conversación me destrozó, pero lo vi claro, hablé con ella, y le dije que lo mejor era dejarlo. Me costó mucho hacerlo, pues yo sigo enamoradísimo de ella, pero lo hice por nuestro bien, pues no hay que forzar una situación insostenible.
A los dos días (dos largos y horribles días) salí por la noche con mis amigos. Me encontraba animado y lo estaba pasando realmente bien. Me la encontré en la discoteca, y ella estuvo rondándome toda la noche, me dijo lo primero de todo "Miguel, vuelve conmigo, por favor". Yo, que había adoptado una actitud indiferente respecto a ella, muy confundido, le dije que no jugase conmigo, que no fuese cruel. Ella insistió, la llevé a casa, me dio un discurso completamente opuesto al de dos días antes, "lo estoy pasando muy mal", "te echo mucho de menos", "te quiero", "te necesito para tener estabilidad".
Nos liamos, dormí con ella y pasamos una mañana juntos como en los mejores tiempos. Me dijo que quería volver a intentarlo, que quería ir poco a poco, y me dijo un montón de veces que me quería. Yo estaba feliz.
Pues bien, por la noche hablamos por teléfono, y había cambiado de nuevo de actitud, otra vez empezó con que no lo veía claro, que estaba confundida, que lo del jueves por la noche fue un impulso...
Me siento humillado y utilizado, estoy fatal. Y lo peor es que después de lo que ha jugado conmigo, la sigo queriendo y me gustaría arreglarlo. Actualmente mantengo con ella una actitud de evitarla, ni la llamo, ni le hablo (salvo que sea ella la que venga a hablar conmigo).
¿Qué hago? Os agradecería algunos consejos...
Y siento el extenso mensaje.
Saludos a todos y gracias de antemano
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