Voy a dar mi valoración personal, no en todas, pero si en aquellas experiencias que a mi me han llamado la atención o al menos las considero más preocupantes, más dignas de cabrearse, más graciosas, etc.
Empezaré con la de los hombres:
José Miguel (27 años, relaciones públicas): "Una chica me mordió el labio hasta hacerme sangre cuando estábamos haciendo el amor. No es eso lo que yo entendía por sexo salvaje".
Doy fe de esta experiencia. Mi pareja es exactamente asi. Por lo que se lo que se siente que te muerdan los labios. En mi caso, y afortunadamente, no he llegado al extremo de que me hayan producido sangre.
Guillermo (38 años, diseñador gráfico): "Estábamos en plena consumación del acto cuando a ella se le escapó un 'te quiero'. Me cortó mucho el rollo porque los dos sabíamos que eso sólo era sexo".
Esto es un clásico. Yo creo que esto le ha pasado tanto a hombres como a mujeres. Y salvo que exista un vinculo emocional o sentimental con la persona con la que uno se está acostando, no tiene mucha lógica decir a un desconocido o desconocida, en pleno acto sexual, si le quieres.
Manu (32 años, entrenador personal): "Me quedé a cuadros cuando una chica se puso a cantar con mi pene en la mano justo antes de una felación. Fue tan ridículo que el micrófono se vino abajo en un momento".
Curiosa. Es una gilipollez. Es muy absurdo. Pero también depende de cada persona. A lo mejor a mi me hace eso mi pareja, y hasta me parto el culo de risa. No me parece algo grave, la verdad.
Ricardo (51 años, odontólogo): "Una antigua novia que tuve de joven me dijo en pleno acto que quería tener un hijo. Ya no pude seguir".
Esta ya es mucho peor que la de te quiero. Porque lo de tener un hijo significa ya ir más allá de lo que es un simple polvo. Y aqui no valen solo los sentimientos que se tenga con la persona. Ya entramos en el terreno de si queremos proyectar nuestra vida con la persona con la que practicamos el acto sexual.
Pablo (38 años, funcionario): "Hice un trío con una chica y otro chico, y al rato la chica decidió decantarse descaradamente por el otro. Fue un duro golpe para mi autoestima".
Es lo que uno se arriesga ante esta clase de trios. Un trio en el que la otra persona es alquien del mismo sexo se puede convertir en una pelea, donde el juez va a ser la persona del sexo contrario. No es una situación agradable. Pero es el riesgo que se corre.
Hasta aqui mi valoración sobre algunas experiencias vividas por hombres. Ahora voy con las de algunas mujeres:
Ana (24 años, estudiante): "Algo que me parece de lo más antiestético del mundo es el sexo con calcetines, prefiero que se deje puesto el abrigo a que se quede sólo con los calcetines".
Puedo entender que sea algo antiestético. Pero de la misma manera que es antiestético tener sexo con calcetines, a mi me parece poco exitante el sexo con la ropa puesta. Donde, lógicamente, solo quede al aire la parte de abajo. No se que puede tener de exitante que un chico y una chica estén haciendo el amor...el con el polo puesto, y ella con una blusa. O peor aun: En sujtetador. Porque es en plan de: Me estás torturando, porque veo tus pechos, pero no me los dejas al aire para que los pueda sentir y disfrutar mucho más.
Silvia (45 años, comercial): "Me resulta incómodo que después de haber disfrutado de buen sexo con un hombre sexualmente inteligente, se quede dormido como un ceporro dando unos ronquidos de muerte".
Esta es un clásico. A muchas mujeres les ha pasado. No me parece muy grave. Pero entiendo que a las mujeres por lo general no les guste que despuçes de una sesión de sexo, el hombre se quede dormido. Y peor si encima ronca.
Elena (31 años, publicista): "Un chico comparaba cosas que hacíamos con cómo las hacía él con alguna ex. Me parecía de muy mal gusto y me hacía sentir muy insegura"
No lo quiero comparar con la experiencia del trio entre dos hombres y una mujer. Pero es básicamente lo mismo. Y esto pasa en los dos sexos. Es el tener el poco tacto o delicadeza a la hora de expresar alguna comparación entre la persona con la que uno se acuesta y la persona con la que en su época ha tenido sexo. A mi me ha pasado. Yo estuve saliendo con una chica. Las relaciones sexuales eran muy desastrosas. Y la muy cabrona me comparaba con su ex, poniéndole al ex por las nubes de lo buen follador que era. No es agaradable.
Teresa (55 años, psicóloga): "Algo que nunca me ha gustado es que durante el sexo oral me empujen la cabeza haciendo presión. Sé perfectamente donde tengo que ir, y con esa insistencia consiguen que se me quiten las ganas".
Lo entiendo perfectamente. Y lo comparto al 100%. De hecho, jamas he obligado a una chica con la que me haya acostado, a que me haga un sexo oral. En serio. Si la chica sentía asco por practicarlo ( que lo puedo entender ) nunca la he presionado a hacer algo con lo que se iba a incomodar. Y entiendo lo desagradable que es esa experiencia. La veo muy violenta. Porque de hecho, el empujar tanto la cabeza de una chica con un pene en su boca, el único efecto que puede provocar es que suelte la papilla. Y no creo que sea agradable sentir el miembro mojado de... bueno, me callo, que puede haber en el foro estomagos muy sensibles.
No quería analizar todas las experiencias. Y estas que he dicho son al menos las que a mi me han parecido dignas de dar mi opinión.
Esto al final acaba demostrando que no existe el amante perfecto en la cama. Que no existe el sexo perfecto. Y que tras una buena sesión de polvos y de pasión entre las sabanas, de nosotros y de la otra persona puede depender que la experiencia no acabe mal o muy mal.
Hay experiencias que me parecen graciosas, o absurdas. Pero entiendo que hay otras experiencias que a uno le pueden tocar la moral.
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