A partir de los cuarenta , si un día te levantas y no te duele nada, lo más razonable es peguntarse ¿ Me he muerto? Solucionalo intentado salir por la pared, en lugar de por la puerta, si estás vivo el dolor del golpe certificará que estas vivo.
( Me lo dijo Matusalem, pero en aquella época Matusalem, me parecía un crío y no le hice caso).
Animo y adelante
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