Porque además, a diferencia del Atlético de Madrid, en el Athletic de Bilbao pasa lo siguiente:
Una guerra de aficionados brutal. Enfrentamientos entre los que animan, los que no animan. Problemas por el tema de la grada de animación. En definitiva: Un ambiente de San Mamés demasiado demasiado triste. O al menos lo que yo percibo por las redes sociales.
Una desconfianza total hacia algunos jugadores del Athletic. Muniain o Susaeta son jugadores que siempre se llevan palos. Esa unión entre aficionados y jugadores que se respira en el Calderón yo no la veo en San Mamés.
Y ya para rematar, si hubiera aficionados del Athletic que se dedicasen a la gestión deportiva.... cerrarían Lezama, porque al parecer, el hacer un año muy malo como el que ha hecho el Bilbao Athletic en Segunda, y que seguramente bajará a Segunda B, ya es motivo suficiente para cortar la progresión o la carrera de la mayoria de los cachorros.
Me cabrea muchísimo.
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