Hay una contradicción: cuando te acuestas con tu profesor, deja de ser automáticamente tu profesor.
Se convierte en un amante que te pone calificaciones sobre un papelajo, para hacer el paripé. Se convierte en lo que sea, menos en un profesor. Deja de tener automáticamente esa categoría, y es posible que le esté quitando el trabajo a mejores profesores que él.
Están muy bien estas historias que tantas fantasías alimentan, pero cuando se tiene un rol muy concreto (profesor-alumno) impartiendo en una clase, éste se rompe bajo ciertas condiciones.
Si ya de por sí es poco profesional y pusilánime tratar de forma privilegiada a un alumno (o alumna), compartir cama pasa a ser de un nivel ínfimo.
|