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Antiguo 28-Jun-2015  
Usuario Intermedio
 
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Muy buenas tardes.

En primer lugar esto es lo primero que escribo en el foro, así que espero no estar equivocándome de espacio o de formato. Sea como fuere, acepto cualquier tipo de corrección o crítica de buen grado. A quien no tenga mucho tiempo he de avisarle de que es una historia larga. Pero, si tienes unos minutos para pararte a leerlo, comprenderlo y compartir tus consejos conmigo, te estaría eternamente agradecido. Estoy absolutamente desesperado!!


Comenzaré por el principio, si bien me duele enormemente contar la historia una vez más. Apenas tengo 15 años, así que estoy en esa edad donde los problemas del amor se acentúan enormemente, en especial porque crees que toda chica guapa que te cruza la mirada va a ser el amor de tu vida, y sufres enormemente cuando te percatas de que no es así.

Hace unos cuatro años que conozco a una chica, si bien en un primer momento tan sólo me fijé en ella porque era la más guapa de la clase (en serio, es alucinante, todos se fijan en ella) Los dos primeros años de esta historia apenas tuve relación con ella, fuimos meramente dos compañeros de clase que se saludan cuando se cruzan por la calle, pero nada más.

Sin embargo, hubo un día que comencé a fijarme en ella. Empezó de forma inocente, preguntándome a mi mismo el clásico: "¿y qué pasaría sí...?" De inmediato comencé a intentar conquistarla, si bien mis intentos eran bastante vagos, propios de un pardillo en este arte de la seducción. Además, mi interés por ella era meramente sexual, por decirlo así. Es decir, sólo me atraía su físico.

Poco a poco, la cosa fue llendo a más. Hubo un día que me di cuenta de que ya no sólo era su hermosa carita o sus curvas de infarto lo que me atraían en ella. Había descubierto a la increíble persona que había tras esa deliciosa cobertura, y comenzaba a gustarme. Sin embargo, el verano llegó, y con él nos separamos y olvidamos mutuamente (a mí me costó algo más) Por aquel entonces yo apenas tenía amigos, nadie me marginaba, sin embargo tampoco estaba incluido en ningún grupo, por lo que ese verano nunca quedé con nadie de mi edad, lo que supuso el fin de "nuestra relación".

Pese a que ya creía haberla olvidado, me afectó bastante verla a la vuelta de las vacaciones besándose con un amigo mío. De todos modos, ya hacía bastante tiempo que se sabía que ma ese amigo le volvía loco, por lo que nadie se sorprendió demasiado. Lo único que me dolió fue que ese chico en cuestión no tenía esperiencia con las mujeres, y era bastante apocado y feo. No paraba de repetirme a diario: "si él ha podido, yo lo habría tenido mucho más fácil ¿por qué no me lancé?"


De esto que os cuento hace ya bastante tiempo, ellos ya se han olvidado (increíblemente fue él quien la dejó a ella) y ya no tienen ningún interés el uno por el otro. Una vez lo dejaron, yo ya me había olvidado por completo de ella, volvíamos a ser simples conocidos, y mi corazón ya no daba un vuelco cada vez que la veía. La verdad es que yo me enamoré de otra chica, a la cual creía que ya tenía conquistada. "Esta es la definitiva" me repetía yo, pues creía que avanzaba a pasos de gigante en nuestra relación. Tanto fue así que me dolió mucho enterarme de que le gustaba otro chico

No podía creerlo ¡había vuelto a fallar! Intenté olvidarme de ella y lo conseguí, pues ya estaba habituado a los desengaños. Sin embargo, volví a pensar en la primera chica de la que os he hablado, la cual es protagonista de este escrito. En mi cabeza volvió a encenderse el: "¿qué pasaría si...? Así que volví a la carga. Cual fue mi sorpresa cuando vi que mis intentos de seducción, esta vez más convincentes, pues había aprendido mucho, funcionaron. En un principio todo fue como un juego, yo me divertía poniendo en práctica mis habilidades y viendo qué funcionaba y qué no.

Pero el tiempo pasó, y me di cuenta de algo: me había enamorado Pero hasta las trancas, además. Entonces comenzó mi desesperada carrera por alcanzar su corazón, el cual medi cuenta de que estaba más lejos de lo que me había parecido. Ella siempre estaba a gusto conmigo, siempre me hablaba de manera cordial y se reía mucho cuando estaba a mi lado. Sin embargo, me di cuenta de que me volvía a pasar lo de siempre con las mujeres: que no me buscan. Es decir, está genial conmigo, se lo pasa en grande, pero siempre soy yo el que le envía mensajes o el que voy a buscarla para hablar con ella.

Fuera como fuese, estaba tan enamorado que no me importaba parecer desesperado, y seguí buscándola yo como un idiota. Las cosas no fueron tan mal, e incluso cuando llegó el verano tuve la esperanza de haber conquistado un buen pedacito de su corazón. Además ya tengo amigos, y este verano no he parado de salir con ellos. Y, como ella también está en el grupo, nos hemos visto bastante.

Espero que no os hayáis aburrido, porque aquí llega la parte importante de la historia. Podríamos decir que aquí llega EL DÍA (lo escribo en mayúsculas para connotar la enorme importancia que tiene en la historia, y en mi vida en general)

Antes de EL DÍA, llevábamos un tiempo llendo todos juntos a la playa. Un día se me ocurrió pedirle que viniera a bañarse conmigo al mar. Lo pasamos genial entre las olas, y tuvimos una conversación muy agradable de vuelta a casa. Fue de las tardes más felices de mi vida. Pero todo iba a cambiar con el advenimiento de EL DÍA.

Al principio, EL DÍA, tenía toda la pinta de acabar convirtiéndose en el mejor día de toda mi vida. Fíjense como son las cosas. Por la mañana, era el último día de clases, en el que aproveché para acercarme a ella una vez más. Concretamente, le estuve ayudando a ella y a su mejor amiga a ordenar unas cosas que tenían pendientes. Después las acompañé hasta casa, y ellas comentaron lo increíble que soy. Me agradecieron enormemente lo que había hecho por ellas y ensalzaron lo buena persona que soy. Yo les respondí con un: "es un placer ayudar a dos chicas tan guapas"

Tanto gané esa mañana, que por la tarde ella (la chica que me gusta) me invitó a ir a la playa. También fue su hermana, una niña pequeña de la que tiene que cuidar en verano. Sin embargo, no nos molestó demasiado. Estuvimos toda la tarde hablando animadamente de nuestros gustos, de lo que íbamos a hacer este verano, de nuestras esperanzas para el futuro... Luego la acompañé a casa y, antes de irse, me abrazó y me dio un beso en la mejilla. Yo le dije que aquella noche iba a haber una fiesta, y que si quería venir conmigo. Ella me dijo que sí, que lo había pasado muy bien conmigo y que se animaría a salir si yo venía con ella. Ojalá no hubiera querido venir

Yo volví a casa incapaz de reprimir la risa tonta, sabiendo que aquel día había ganado mucho en la carrera por su corazón. A la noche salí, completamente despreocupado, con las ganas de disfrutar de su compañía. Ella estaba preciosa, se había arreglado de tal forma que ningún hombre (incluido yo, por supuesto) podía apartarla la vista. Nos íbamos a quedar en la fiesta hasta la madrugada, y yo tenía esperanzas de que fuera la mejor noche de mi vida. Pero una fiesta de adolescentes siempre deriva... en alcohol

Yo nunca había bebido, pero esa noche sí lo hice. Cuando la fiesta apenas había empezado, yo ya estaba completamente borracho. Y los borrachos siempre dicen la verdad. Por lo que recuerdo, fui a donde ella estaba, la abracé, le acaricié el pelo y le confesé todos mis sentimientos de sopetón a lo largo de la noche. Realmente le dije las cosas más bonitas que se le pueden decir a una mujer, todas las que nunca me había atrevido a decirle, pero de golpe y sin ningún tipo de control.

La verdad es que ella se asustó mucho. Estuvo toda la noche cuidándome y se portó genial conmigo. Al día siguiente, lo primero que hice fue mandarle un mensaje diciéndole lo mucho que sentía todo lo que había ocurrido, y agradeciéndole que me hubiese soportado. Ella me dijo que no me preocupara, que no había hecho nada malo. Sin emabrgo, por dentro no pensaba lo mismo.

El próximo día que quedamos todo el grupo de amigos, busqué una oportunidad para quedarme con ella a solas y decirle una vez más que lo sentía. Hicé un gran jercicio de sinceridad (esta vez sobrio, lo que costó más) pero ella me respondió fríamente, de nuevo, que no pasaba nada. Intenté entablar una conversación con ella, pero ni siquiera me hacía caso, se limitaba a asentir o negar con la cabeza cuando le preguntaba algo.

Quedé absolutamente desesperado por esto. Le invité a un helado para compensar lo mal que me había portado con ella, y me dio las gracias con una sonrisa. Eso fue todo. Han pasado varios días y no he sabido nada más de ella. Todo el grupo volvimos a quedar para ir a la playa, pero ella no estuvo.

La verdad es que a estas alturas estoy absolutamente desesperado. La verdad es que nunca había sentido algo así por una mujer hasta ahora. Se me nubla la vista y me cuesta respirar cuando pienso en ella, apenas soy capaz de conciliar el sueño pensando soluciones a mi problema, y siento como si me estuviera "desangrando" por dentro.

También conviene agregar, antes de que la historia termine, que ella tiene varios pretendientes. Ahora mismo temo que alguno de ellos haya conseguido enamorarla, pues ya se llevaba bastante bien con varios antes de que ocurriera el desastre.

Sé que me dirán que no es sano obsesionarse así con una chica, y lo sé. Estoy intentando remediar mi obsesión, repitiéndome a mí mismo que hay montones de mujeres como ella en el mundo. Sin embargo, quiero una ayudita con estas cuestiones:

-¿Cómo sería capaz de hacer que se olvidara de lo que hice y me perdonara definitivamente?
-¿Qué puedo hacer para que vuelva a verme como me veía antes del desastre, como una persona genial?
-¿Cómo puedo seducirla de nuevo?
-¿Debería serle sincero y decirle definitivamente que todo lo que le dije estando borracho era verdad, o esperar?
-¿Debo darle espacio y dejar de buscarla, o seguir con ella lo máximo posible?


El problema es que se que, si le doy espacio por un tiempo y dejo de hablarla, alguno de sus pretendientes se me adelantará y se hará con ella. Por favor, ayúdenme!! Estoy totalmente desesperado.
 
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Usuario Experto
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La verdad que tu borrachera no fue lo mejor para una primera cita nocturna, pero peor hubiera sido si en vez de decirle lo que sentías por ella de una manera dulce y bonita, hubieras sido un grosero.
En cuanto a su posterior comportamiento pues veo dos opciones:
1) que este abrumada por lo que le confesaste y no sepa como darte cara.
2) que no sienta nada por ti, y para no tener que darte cara o hacerte ver que no quiere nada contigo haya sido cortante cuando la invitaste al helado y no haya ido a la playa la ultima vez
Tanto para una opción como para la otra, te aconsejaría que le des su espacio. Que no la busques. Si ves que pasan los días y no sabes nada de ella, le puedes mandar un wasap preguntándole si le ocurre algo, si esta enferma .... Que hace días que no la ves .... Haber por donde sale.
En cuanto al tema de los pretendientes si hay alguno que le gusta de veras, estés todos los días con ella, la atosigues, o pases, no vas a conseguir que se olvide de él. Si esta de enrollarse con alguno de sus pretendientes lo hará a pesar de todo. Y creo que si la atosigas ahora, va a conseguir que se aleje mas de ti.


Bufi.
 
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