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El título de esta entrada es el ejemplo clásico de cómo un mito puede alcanzar grados inimaginables de veracidad en el inconsciente colectivo. De nada sirve la opinión, unánime, de los más destacados expertos en sexología. De nada sirve la comprobación empírica de la falsedad de esta afirmación que parece ser una preocupación genética de todos los hombres.
Y aunque las mujeres restan importancia al asunto, algunas también se suman a la teoría universal que asegura "tamaño = calidad". Y sobra decir que esto no es así, necesariamente.
Estudios exhaustivos realizados en importantes centros mundiales de estudios sexológicos concluyeron hace tiempo que la media "aceptable" de tamaño peneano es de 9cm. de longitud en estado de reposo, unos 14,5cm en erección y algo así como 11,5cm. de circunferencia (tomada a dos centímetros del glande).
También aseguran que ningún varón que se halle dentro de ese rango de tamaño debería preocuparse demasiado y que sólo un pene de 7cms (en erección) o menos debe considerarse "micropene".
A pesar de todo, la historia indica que siempre habrá hombres decepcionados con el tamaño de su pene. La pornografía, las leyendas y las presiones sociales siempre mostrarán tamaños que se encuentran "muy" por encima de la media habitual, y si el 72% de la población considera esos parámetros como "normales", pues entonces todos creerán que su pene es pequeño.
La raza y las características genéticas son condicionantes del tamaño del miembro masculino, pero no son determinantes: existen muchos métodos destinados a incrementar la longitud o el grosor del pene y entre ellos pueden mencionarse desde los ejercicios manuales (maniobras de jelk) hasta bombas de vacío o incluso prótesis quirúrgicas.
En todo caso, debemos tener siempre presente que de nada servirá tener un super-pene si no sabes qué hacer con él...
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