Ir despacio de por sí no es malo, como ir rápido tampoco lo es, lo suyo es que ambos estén a la par y vayan disfrutando por el camino. Si él va despacio y tú lo estás pasando mal porque demandas o necesitas otro rollo, no es tu hombre.
Es cierto que estamos en una época de relaciones muy locas, muy exprés, todo muy acelerado y la experiencia de encontrarse con alguien que va despacio es chocante, pero también una oportunidad para trabajarse la ansiedad y el cortoplacismo para aprender a recibir la vida tal y como viene.
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