Buenas gente! Hoy me he levantado un poco triste porque se suponía que hoy haciamos dos años y todos esos planes que tenía para celebrarlo se fueron a la mierda
Así que para sentirme un poco mejor he decidido escribir esto acordandome del día que quiso ser mi amiga y "celebrar" las dos semanas que llevo sin saber nada de ella y en las que me siento mucho mejor.
El día que me convertí en “el tío con el que le gusta hablar” todo dejó de tener sentido. Es algo bonito y que enciende una chispa cuando te lo dice una chica a la que acabas de conocer, pero también algo muy difícil de encajar si por el contrario te lo dice la persona con la que estabas compartiendo tu vida hasta ese momento.
El día que me convertí en “el tío con el que le gusta hablar “un sin fin de preguntas empezaron a plantearse en mi cabeza en tan solo un instante, ¿Cómo era posible que estuviese escuchando eso de ella?, ¿Cómo era posible que tres días antes me asegurase amor eterno?, ¿Cómo todo lo que había sido para ella ahora se reducía simplemente a un tío con el que le gusta hablar?, ¿En algún momento había sido algo más o desde cuando me había convertido solo en eso?, ¿De verdad era eso lo único que quedaba en su interior de mi mientras lo pronunciaba?...todas esas preguntas y muchas más permanecerán para siempre sin respuestas, solo las que yo quiera darles, pero al fin y al cabo no serían respuestas reales sino elucubraciones mías.
El paso del tiempo va quitando peso e importancia a todas esas preguntas de manera que la necesidad imperiosa de conocer la respuesta va desapareciendo poco a poco hasta que supongo, dentro de mucho, dejen de tener sentido y se conviertan en algo que convive conmigo sin más.
Jajajaja es curioso como esa persona te pide cosas surrealistas en el momento que te conviertes en “el tío con el que le gusta hablar”, sus más profundos temores hasta hacía poco, ahora se convierten en peticiones sin sentido como:
–Lo mejor es que pienses que nunca he existido.
-Vamos a hacer como si nunca hubieses sido más que eso.
-Deja de verme con los mismos ojos.
-No hagas lo imposible por intentar retenerme un día más.
¡Chiquilla no ves que eso es como pedirle peras al olmo!
Si al final tú tenias razón y si que me hacían falta gafas, pero no por decirte lo guapa que eres, sino para haber visto hacia donde miraban tus ojos mientras con mi ceguera creía que era a mi. Pobre cegato…jajaja
El día que me convertí en “el tío con el que le gusta hablar” a mi dejó de gustarme hablar con ella