Pasa Marcelino
… ¿tienes hambre?
... ¿quieres un poco de pollo?, ¿sí?... toma, siéntate aquí, Marcelino, y come un poco que te estás quedando en los huesos, come mi joven amigo, come y bebe….
Marcelino pan y vino
…
¡ay Marcelino!, no estás para chanzas y te entiendo, pero tú te lo buscaste, esa chica no era para ti…, no, no era trigo limpio y eso tu lo sabias desde el principio, tú y todos, pero claro…
y que sepas que puedes quedarte aquí un tiempo, ya sabes que yo apreciaba mucho a tu madre…
y a lo echo pecho, Marcelino… ¡que te la ha jugado!, sí, ¿y que?... tienes que continuar… ella ya tiene lo que buscaba, pues sí que se dio prisa, menuda sinvergüenza, pero que no te quepa duda, Marcelino, que la peor parte se la llevará el nene, así que tienes que procurar hacer las cosas bien y comportarte como un hombre, que Alfonsito no tiene ninguna culpa…
pero no llores, alma de Dios… o sí…, llora Marcelino, amigo mio…