Antonio Rial es periodista científico en Radio Nacional de España en Sevilla. Licenciado y doctor en Medicina en el área de Psiquiatría y doctor en Comunicación Audiovisual. La Junta de Andalucía le ha distinguido con el Premio Andalucía de Periodismo. Finalista del Premio de divulgación médica Boehringer Ingelheim 2008.
La ciencia médica acaba de probar que el dolor sentimental al igual que el físico movilizan la actividad de la corteza cingulada anterior, responsable de convertir el impulso emocional en un dolor que incluso puede llegar a dejar secuelas crónicas. Los pacientes, pues, no mienten cuando explican que la traición o la pérdida de su chico o de su chica (por ser políticamente correcto) la han vivido como si le hubiesen acuchillado por la espalda o le hubiesen dado con un mazo en la boca del estómago. La científica que ha realizado los escáneres cerebrales para esta investigación opina que el cerebro asocia con idéntica respuesta el dolor físico y el dolor emocional porque para garantizar la supervivencia de nuestra especie son tan necesarias las relaciones sociales como mantener la integridad de nuestro cuerpo. Ambos tipos de daño sirven de advertencia para que nos protejamos de sus consecuencias y adoptemos medidas para afrontarlas.
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