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Usuario Experto
Registrado el: 23-October-2011
Ubicación: En las Highlands, tratando de llegar a Francia
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Corre el año 7865 de la Era Cristiana. Hoy La Tierra es un planeta madre, desde donde Partió la humanidad para colonizar primero el Sistema Solar y luego las estrellas más próximas. Los científicos y los ingenieros han descubierto cómo conseguir agua a partir de gases y cómo ir combinando los átomos para ir creando todos y cada uno de los elementos que necesitamos para vivir y colonizar entornos hostiles, lo que nos ha permitido, junto con el desarrollo de motores más eficientes para los vehículos espaciales, los viajes interplanetarios e interestelares.
Mis padres querían que estudiase algo útil, como ingeniería o medicina, pero a mí me interesaban la biología molecular y la paleoantropología, y como estudiar es cosa de unas horas en las cámaras de inserción de conocimiento, decidí gastar mis créditos en eso, aunque la tesis doctoral sí requiere de esfuerzo y tiempo.
Me interesó mucho leer los artículos de la doctora Simone Graham, del King's College de Londres, sobre todo su disertación de 7241 sobre la escasa variación genética de los españoles. Dado que soy uno de los pocos españoles puros que quedan, como representante de una nacionalidad histórica que sólo ha dejado unos pocos individuos aunque sí una lengua que aún pervive en muchos países y que también se extiende por el Universo, me vi en la necesidad de indagar aún más.
Estuve mirando los libros que aún quedaban sobre la Historia de España y pude ver que hemos sido una nación que lo ha tenido difícil a lo largo de los siglos, pero lo que más me ha sorprendido es que muchas veces hemos sido los propios españoles los que, como impulsados por un deseo de autoaniquilación, nos hemos entregado al exterminio poniéndonos las cosas aún más difíciles nosotros solos.
Realicé estudios de ADN en los restos de españoles conservados a lo largo de la Historia, empezando en el siglo XIX y abarqué hasta el año 7056, cuando dejé de recoger muestras de restos óseos y de tejidos conservados en laboratorios y museos. Luego tomé muestras de algunos conocidos, mi familia y de mí mismo para compararlas con los resultados que iba extrayendo en mi laboratorio y lo que ví me dejó perplejo.
Los restos óseos de los españoles del año 2000 pertenecen a una población que vivía bastante tiempo, que padecía las enfermedades propias de las sociedades desarrolladas de su época y no observé elementos patológicos en individuos jóvenes que explicasen el porqué de la escasa variación genética encontrada.
Primero analicé el ADN mitocondrial, que permite conocer la evolución de la transmisión del ADN de madres a hijas, pudiendo recomponer árboles genealógicos femeninos bastante fiables, mujeres en España hasta el siglo 71 hubo, y bastantes y la mayoría tuvieron descendencia. La sorpresa me llegó cuando analicé el ADN del cromosoma Y, que se hereda de padres a hijos y pude observar cómo hacia 2000 existía una población masculina importante, con muchos linajes, suficiente acerbo genético para conseguir una población numerosa y estable, con posibilidades de crecer... Pero la población española se había estancado desde el final del siglo XX. De repente es como si la mitad de los linajes masculinos se hubiesen volatilizado y la riqueza de ese acerbo genético se hubiese perdido sin más. ¿Qué ocurrió?
Tomando un modelo explicativo del equipo que había estudiado el Reloj Molecular para establecer el origen del Homo Sapiens, nuestra especie y establecer nuestros orígenes en África, la famosa hipótesis de la Eva Africana, del Edén Africano. Estos científicos propusieron el modelo del "cuello de botella" como si todos los linajes de Homo Sapiens estuviesen contenidos dentro de una botella como si fuesen bolitas de colores, cada color, un linaje. tampoco serían muchos colores, pues en definitiva somos una especie muy homogénea y de repente, una mano gigante abre la botella y la pone boca abajo y la agita para que caigan las bolitas. Como la botella estaba bastante llena, las bolitas se atoran y atascan la salida de la botella de manera que caen de una en una o dos o tres cada vez, con lo que, al cabo de varios intentos, tenemos que han salido unos poquitos colores, quedando la inmensa mayoría dentro de la botella sin poder salir. Los colores que han salido de la botella serían nuestros antepasados, los que sobrevivieron y nos legaron sus genes.
¿Qué ocurrió en España? No parece que hubiera una razón catastrófica para esa reducción de la variación del cromosoma Y, tampoco se produjo, como ya señalé, una disminución de la variedad del ADN mitocondrial, así que sólo se me ocurre que las mujeres españolas dejaron de reproducirse con sus compatriotas, y que sí, hubo emparejamientos, pero el número de padres se redujo.
Conocemos por los archivos históricos y los estudios de antropología que nuestras antepasadas eso de la fidelidad a sus maridos no iba mucho con ellas y que la reproducción fuera del matrimonio era algo frecuente, hablo de antes del año 2000, nada hace suponer que después de esa fecha la cosa no fuese por los mismos derroteros.
Algunos trabajos de investigadores franceses a partir de 6500 apuntan a que lo que pudo ocurrir por un lado se debió a la emigración de buena parte de los hombres jóvenes y a que las mujeres se acostumbraron a una manera de tratar con sus pretendientes totalmente despótica y caprichosa, con lo que muchas perdieron a sus potenciales parejas de la manera más tonta. Sólo es un trabajo de mis colegas galos, pero es interesante, al menos me eché unas risas comiendo en el laboratorio.
Ahora debo seguir centrifugando muestras de huesos de 3800 a ver que encuentro...
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