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Guest
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Os ha pasado alguna vez... estar mucho, mucho tiempo, idealizando a lo bestia lo que ha resultado ser más simple que el motor del seiscientos?
Y hacer ecuaciones con la forma en que os miraba, con el sonitono de sus respuestas, con el movimiento de su silla, y hasta con la regularidad con la que iba al baño, para elevarlo todo a un cuarto grado?
Supongo que todos nos hemos sentido ridículos alguna vez, fuera de lugar, como si a tu percepción de las cosas le hubieras hecho algo en otra vida y te la estuviera devolviendo.
Yo ayer me sentí así, y es una mierda de sensación. Mis amigos me dicen que estoy dramatizando y que sólo fué una situación simpática, no sé, quizás esté siendo muy dura conmigo misma por la maldita cabezonería de querer ir más allá de la realidad.
No sé por qué a mis 18 años me tienen que venir los efectos secundarios de haber visto los osos amorosos de peque, tengo que madurar!!, que luego me encuentro con los que son más de la Isla de cristal, y me meto el guarrazo.
Vayamos a la escenita simpa-tética... Abrí la puerta con más nervios que los tres cerditos al lobo, y ahí estaba, tan concentrado como siempre (pobret lo que le esperaba...) "Ey, ven un momentito!"... Se levantó, y entramos a la cafetería, no había nadie y estaban las luces apagadas (joder! en dos años nunca se habían apagado las luces y justo en ese momento que lo que menos me hacía falta era sentir el ambiente tan íntimo, a tomarporculo) a partir de ahí se me escapó de las manos, no sabía lo que estaba diciendo, fué todo un sin sentido desordenado y sin ningún fín claro, su cara era un poema, un poema sobre el esfuerzo, porque estaba haciendo uno tremendo por entenderme, nos reímos un par de veces, yo de los nervios y él supongo que de las garruladas que decía, entonces esterioricé la primera frase de chica normal (que es lo que soy aunque no lo estaba pareciendo) "y eso, que me apetece charlar contigo fuera de aquí un día de éstos" "Sí, podemos quedar, te doy mi móvil si quieres" (nunca antes había tecleado tres números a la vez, me salió el teléfono de la nasa, luego lo arreglé) me preguntó que por qué me largaba y tal, ya me tranquilicé un poco "Suerte, que te vaya bien por aquí" "a ti también!" salí pensando "buaaaa que liberación!!"
Pero según iban pasando los minutos, iba subiendo el autoflajelaje, me sentía infantil, patética y sobretodo ridícula, muy ridícula. Distintos niveles de importancia, lo que para mí era necesario en mi último día, para él pareció ser una anécdota de un martes cualquiera.
La situación es simple e intranscendente si la chica que te mete en la cafetería no ha alterado el ritmo de tus mañanas en todo este tiempo, pero si de alguna forma te está diciendo que has sido especial para ella, si para tí también lo fuera un poco, no reaccionas tan fríamente, tan soso, tan mata-fantasías.
No creo que lo llame, aunque me muera por hacerlo, una tiene su orgullo y su sentido del ridículo. Estoy decepcionada, y no puedo ser neutral, a lo mejor sí debería llamarlo en unas semanas, a lo mejor hasta le apetece... no sé, también es un poco radical que todo lo que me ha hecho sentir durante más de un año, quede anulado por hacer la idiota ayer, me encantaría creer que la reacción tan parsimoniosa que tuvo fué por su timidez, no es la primera vez que me hecha a perder la ilusión con palabras frías, pero siempre me acababan reenganchando sus miradas, y ahora ya no las tengo, estoy perdida...
Pffff... he dicho ya que me siento completamente ridícula?
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