Coincido en que nada tiene que ver encontrar a alguien con hijos, o divorciada con hijos... Yo estuve con un hombre en la misma situación del OP, aunque al principio de la relación no tenía la custodia.
Y al revés, le animé y le apoyé en todo lo que pude para que luchara por la custodia, porque veía que el niño durante las vacaciones estaba mejor con su padre... Es decir, nisiquiera fue una cuestión de ver más feliz a mi propia pareja si no del bienestar infantil, que contaba cada cosa cuando venía a casa que no era normal... y sabía que eso podía afectar a la relación (sinceramente, no lo hizo, pero era una opción). Vivíamos juntos y por supuesto que me daba miedo incluir a un niño en mi vida cuando mi experiencia en ese campo se limitaba a los hijos de mis amigos un par de horas aquí y allá. Iba a ser un gran cambio, tal vez habría discusiones, pataletas, cambios en nuestros horarios... Pero lo último que siempre me preocupó, fue sentirme desplazada. Es que si hubiera visto aunque solo levemente que me daba más importancia a mi que a su hijo, lo habría descartado como pareja porque para mí un hombre debería anteponer siempre a su criatura frente a cualquier otra persona.
Hasta para mí el niño cobró más importancia que la relación en si misma... No tenía porqué caerme bien, ni meterme en su educación, pero era un niño y no tenía culpa alguna de la situación y lo que veo lógico, es que los adultos (sean padres o simplemente personas en su vida), velen por su integridad y bienestar.
Puedo entender que una persona no aguante a un niño malcriado, que pegue o insulte... Pero no es el caso. Y aún así, de haber discusiones irían enfocadas a la educación, no a competir por las atenciones que se dan aquí y allá. Por supuesto discutí con mi pareja respecto a la educación... Temas de comidas, horarios de televisión... Pero también porque mi pareja quería involucrarme en ello y yo quería participar. No era mi intención convertirme en madre, pues el niño ya tenía una fuera ésta como fuera... Pero al convivir los tres juntos, me parecía lógico estar deacuerdo en cómo intervenir en lo más básico.
Y es una experiencia que yo guardo de manera muy positiva. Y ojo, que yo tenía 23 años... Era una cría, y aún así jamás se me ocurrió cuestionar la escala de prioridades, manipular con ello, o tener rabietas estúpidas.
Lo del viaje no tiene nombre. Cogerse una pataleta y echar por tierra un plan elaborado, que seguramente costó un dinero, cuando encima tuviste la deferencia para con ella de dejar a tu hijo con otras personas para tener un momento íntimo de pareja. Hacerte volver y recorrer entre 800 y mil kilómetros, porque a ella le pareció desagradable la forma en que tú hijo le respondió por teléfono.... Un niño pequeño, que estaría ansioso por hablar contigo y dio un par de gritos... Vamos, la idea de convivir entonces estaría descartada porque no me la imagino aguantando una pataleta por la comida o un juguete, o una pesadilla... Y encima tú sintiéndote culpable por la situación cuando es ella la que no parece tener ni un mínimo de paciencia.
Mira, cuanto más lejos esa chica, mejor. Es que ni alguien de la calle tiene tan poca paciencia con un crío. Y lo digo conociendo mucha gente que no soporta a los niños y aún así es capaz de soportar una horas sin comportarse como uno.
|