Iniciado por fj bulldozer
Por aquí citan que hay dos tipos de docentes, los lícitos y los intrusos. Pues bien, parece que yo podría considerarme un intruso, porque entré en la docencia siendo anti LOGSE. Seguro que muchos maestros maduros varones de entonces lo eran, qué narices, que lo eran. Pero ya tenían su plaza fija desde hacía muchísimos años y a ellos no se les podía exigir por edad que estuvieran de acuerdo con la LOGSE, puesto que los cambios sociales y de sistema educativo tuvieron lugar pasando ya ellos de los 50 años y los progres demagogos de la Administración y los psicopedagogos sabían que estos maestros se jubilarían pronto y no había que preocuparse por ellos. Estos maestros ya habían hecho su vida.
Pero a mí, que entré en la docencia con 30 años, como a cualquier profesor varón joven, sí se le exigía estar de acuerdo en todo con la LOGSE, porque los cambios en el sistema educativo fueron contemporáneos nuestros y moralmente se nos obligaba estar de acuerdo. Conmigo se equivocaron y ya sabía yo que no tardarían en comenzar los problemas, como así fue. A mis alumnos nunca les hablé de mi ideología o visión de la vida, pero a compañeras sí y fue cuando saltaron las alarmas.
Por eso le comento al autor del tema, que sepa bien donde se mete. En esta profesión hay que estar "limpio de pecado", entendiendo aquí limpio de pecado, no en el sentido cristiano, sino en el sentido progre, es decir, que no seas conservador en exceso, ni machista, y cuanto más estés de acuerdo con el feminismo, mejor. Porque, para bien o para mal, ahora el sistema educativo se basa en ello. Un repartidor, un picapedrero, un ordenanza o un fontanero, pueden tener la ideología que quieran, lo único que se les demanda es que sean competentes en su trabajo, teniendo contentos a empresarios y clientes. Pero a un profesor, además de ser competente en su trabajo, se le exige estar más limpio imposible, limpio según su criterio, claro. Y es por una razón muy simple, hay niños y adolescentes por medio que se están formando como personas. Y los psicopedagogos y la Administración de enseñanza creen que cualquier profesor con ideas "diferentes" puede ser perjudicial para la formación de los alumnos. Así de claro.
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