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Estimado Solari,
Estoy en una situación muy parecida a la tuya. Tengo también 29 años y justo corté con mi chica hace dos meses (4 días antes de año nuevo) porque me engañó con otro; teníamos una relación a larga distancia y cuando por fin estaríamos juntos (aunque fuera por un periodo de 6 meses, yo me había construido un castillo de ilusiones), decidió meterse con él. Cabe destacar que toda su infidelidad me la negó, a pesar de que yo tenía la prueba; al final yo mismo me engañé y quise creerle su mentira. Previo a todo esto, yo ya la notaba muy distante, indiferente, sin interés, etc.
El proceso de recuperación (porque me queda claro que no quiero recuperarla, sino recuperarme, esa mujer no vale la pena) ha sido muy difícil. Es como una montaña rusa en la cual un día estás genial y al otro día estás muy mal. Me identifico contigo en cómo te sientes, y lo único que queda es, como han dicho los demás colegas, contacto cero y tiempo. Por ejemplo, la borré de toda red social, teléfono, mail, etc. y me ha ayudado bastante (incluso ahora me percaté que, después de que yo la borré, ella decidió bloquearme en Facebook y he tenido sentimientos encontrados: por una parte bien porque así definitivamente no sabré más de ella, pero por otra triste, porque no consigo entender cómo es que un día antes me ama enormemente y al otro día me detesta, portándose super indiferente y no importándole nada).
No lo negaré, hoy me sentí muy triste y con ganas de contactarla (aunque menos que las primeras semanas), sobre todo porque ahora ella está en la misma ciudad que yo cuando antes estábamos separados por 10,000 kms; lo que me sorprende más es que en estos dos meses que ella ha estado aquí, no me ha contactado, ni siquiera para mi cumpleaños hace unos días (otra vez, el mismo sentimiento encontrado que describí en el párrafo anterior). Esa es otra de las situaciones que han sido extremadamente difíciles: estando a menos de 20 kms de distancia, sé no debo buscarla porque primero estoy yo y que el objetivo es, como mencioné, recuperarme, pero ha sido un infierno restringirme de ello.
En fin, te mando un gran abrazo y espero que pronto pases (pasemos) este trago amargo. Lo bueno es que somos muchos los que vivimos este tipo de situaciones (si no es que todos) y nos apoyamos entre sí.
¡Buena vibra hermano!
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