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Usuario Novato
Registrado el: 15-November-2006
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Conocí a un chica sumamente atractiva en septiembre del 2004 en la universidad católica santo domingo, Rep. Dom., donde aquel entonces estudié. Era principio de diciembre de ese mismo año. Me dirigía a la biblioteca a repasar para un examen final cuando me la encontré sentada sola en un banquito fuera de la biblioteca, la saludé y me senté por espacio de 10 minutos y conversamos sobre varios temas. Cerca sonó un celular y le dije que la estaban llamando, a lo que ella me dijo que no era el de ella, pues a ella nadie la llamaba. Le pedí su número de celular para que así sonara alguna vez, y ella me lo dio.
Pocos días después le llamé para saludarla y terminó dándome el número de su residencia, y así empezamos a conversar. Me contó que su relación iba mal, que ya ni se hablaban, que solo estaba esperando que él tomara la decisión de separarse cuado llegara de un viaje al exterior, etc. Ya de antemano sabía que tenía novio, pues ya había obtenido algunos datos sobre ella.
A mediado de diciembre la invité a comer un helado, y así comenzó todo. Esa misma noche le di un beso que me fue correspondido. Hablábamos más seguidamente y terminamos enredándonos en un romance. Ella me decía que me quería y que solo quería estar conmigo. Luego en enero 2005 llegó su novio y terminó la relación. Todo estaba resultando perfecto hasta la noche del 15 de marzo, cuando salí del aula a buscar algo que había dejado en el carro sobre una exposición que tenía en ese mismo instante, la vi hablando con su ex. Les pasé casi por el lado y me hice el que no vio nada, ya que tenía el compromiso de la exposición.
Le llamé luego y me dijo que no podía seguir conmigo, que lo que tuvo con él fue algo más fuerte por el tiempo que tuvieron juntos (casi 3 años), etc. Sentí como mi vida se me hizo pedazos. El fin de semana siguiente, para olvidarla me tomé todo el alcohol que mi cuerpo podía resistir, sin llegar al suicidio. La semana entrante retornamos nuestras llamadas por teléfono, donde yo le expresaba lo que yo la amaba, y ella también me decía lo mismo, pero que no podía dejarlo a él por la seguridad que él le brindaba, ya que no sabía si lo mío iba a funcionar, y no quería quedarse sin nada. Me decía que pesar del poco tiempo de lo nuestro, me amaba, y que por el solo sentía costumbre, que a él no lo amaba, que yo había sido la única persona (sólo había tenido 2 parejas antes que yo) que la había hecho sentir realmente mujer en una cama.
Luego empezamos a vernos a escondidas, y como dice arjona, "bastaba con resumir que le besaba hasta la sombra". Le decía que si era a mi a quien amaba que se dejara llevar de su corazón, que yo la amaba tanto que no la defraudaría, que confiara en mi amor.
Así pasaron los meses y para junio él se dio cuenta de que ella ya no sentía lo mismo por él, y decidió terminar de nuevo la relación. Así quedamos solo nosotros dos juntos. Y todo fue perfecto (unas que otras peleaditas típicas de novios, pero nada del otro mundo) por el resto del 2005. Nos correspondíamos mutuamente.
Pero a mediado de febrero del 2006 (éste año) notaba que ella le estaba resultándo lo mismo verme que no verme. La notaba distinta. Le pregunté una ocasión que qué estaba pasando, y me dijo ella era la del problema. Me confesó en llantos que tenía ya un tiempo conversando por teléfono con su ex, y que estaba confundida, que realmente no sabía lo que quería, que la perdonara por volver a lo mismo, que iba a tomarse un tiempo sola para pensar bien las cosas (algo que yo sabía no iba hacer, ya que sabía que volvería con él). Sentí nuevamente que el mundo me caía encima. Terminó conmigo en esa llamada. Luego yo la llamé para pedirle que pensara bien las cosas, que volviera conmigo, que ella más que nadie sabía de mi amor hacia ella, que hasta todas sus amigas le decían que como yo no la iba a tratar ningún otro hombre nunca, etc. Pero esto no remedió nada. Me dijo cruelmente que no la siguiera llamando. Le insistí como en tres llamadas más, pero siguió firme en su decisión.
Mi vida se convirtió en un terrible desastre. Empecé a salir todas las noches, a beber mucho, y a salir con diferentes chicas solo por despecho. Era mi último cuatrimestre y no tenía mente ni siquiera para trabajar mi anteproyecto de tesis. Tuve que sacar de donde no tenía terminarlo.
A principio de marzo, en una de esas, conocí a una chica que valía la pena. Muy educada, profesional y estudios posteriores, muy inteligente y segura de si misma. Comenzamos a salir y establecimos una relación (aunque en ningún momento podía olvidar a mi ex).
A mediado de ese mismo mes me llama y me pide ayuda con unas clases y nos juntamos. Le ayudé con su tarea, pero eso fue todo. Aunque quería brincarle encima y besarla, me retuve las ganas y no le mostré mis intenciones.
En la universidad llegué a verla de lejos un par de veces, pero me hacía el que no la veía. En una nos encontramos frente a frente en un pasillo, y sentí escalofrios en mi cuerpo (después me confesó que sintió lo mismo). Solo nos limitamos a decirnos hola y nada más. Yo más que nadie estaba dispuesto a olvidarla.
El 24 de abril me llama dizque para saludarme y saber de mi. Conversamos por espacio de 10 minutos y luego cerramos. Al momento recibo un mensaje en mi celular de parte de ella diciéndome que yo era la única persona que la sabía escuchar y a la que podía recurrir cuando tuviera un problema. Le escribí de vuelta y le dije que siempre podría contar conmigo.
Al otro día en la noche le llamo y empezamos a hablar. Me cuenta que no ha podido olvidarme, que el haber vuelto con esa otra persona fue un error, que estando con él no dejaba de pensar en mi, muy diferente cuando está conmigo que no piensa en nadie más. Yo por mi parte ya no oculto más mis sentimientos y le digo que a pesar de todo nunca la había dejado de amar, que los momentos más felices de mi vida los había vivido con ella. Nos citamos al otro día en mi casa y nos entregamos por completo. Ella me dijo que ya no tenía nada con él, que solo duró como 3 semanas, pero que no me había llamado para darse cuenta de si realmente era yo lo que ella quería, que nunca me apartó de su mente, que yo la llenaba en todo los aspectos de su vida, etc.
Ya ahora ella decidida de que realmente yo soy el hombre de su vida, corté con aquella chica tan especial (ésta quedó destrozada, porque yo le rompí el corazón), y retorné a su circulo vicioso. Me prometió que nunca más hablaría con esa persona. Otra vez todo fue color de rosa, perfecto. Me contaba casi a diario lo mucho que amaba. Empezamos a vernos 5 ó 6 días a la semana y todo fue muy bello nuevamente.
Así pasaron los meses y el pasado 9 noviembre le llamé a su celular para decirle que por donde venía, ya que esa tarde quedamos en juntarnos como siempre en mi casa, y la noté un poco nerviosa. No se porque me dio la impresión de que estaba con él y tuvimos una discusión. Cuando llega a mi casa le hago confesar que era con él con quien estaba. Ella me dice que solo fue una sana conversación. Yo, quien no soy un tonto, después de sacarle en cara lo cruel que ha sido conmigo, que había roto la promesa de no volverle a hablar, me cuenta vuelta en lágrimas que ella había tratado de olvidarlo, pero que no ha podido, que ella no lo ha buscado, y es él quien la llama y la envuelve. Yo con todo el dolor de mi alma le puse fin a esa relación esa misma noche. Ella todavía vuelta en llantos me pide que la perdone, que nunca más hablará con él, pero le digo que por más que yo la amo, ya no podía confiar en ella. Me dice que lo piense bien, que yo la estaba dejando porque yo quería, no porque ella así lo quería.
Pasó así el viernes 10 y el sábado 11 sin ningún tipo de novedades de ella. El domingo en la mañana a las 5 am me levanto sin sueño pensando en ella y la llamo. Tuvimos conversando hasta casi las 12 del medio día, donde hablamos de todo lo que estaba pasando. Ella me jura que a mi es a quien amai, que lo que siente por mi es más profundo, pero que él siempre la envuelve, y para no engañarme es por eso que se aleja. Yo por mi parte le digo que a pesar de todo la sigo amando, y que con ella ha sido la única persona que yo me había pensado en formar una familia, con quien echar raices, con quien llegar a viejito.
El lunes 13 me dirijo a la universidad cuando salgo de mi trabajo y me dirijo a la universidad con la intensión de buscar unos documentos para una maestría que pienso hacer en España. Llego más temprano de lo usual para no tratar de verla, o que ella piense que yo la estoy asediando. Parece que me vio, pues una amiga suya me llama y me pregunta donde estoy. Al rato se aparecen las dos allá y mi corazón casi se para al verla. La saludé muy friamente, pero loco por ella.
Ayer martes despierto a las 3 am después de soñarme con ella (me paso el día completo pensando en ella y en las noches soñando) y le llamo. Le hago saber todo lo que me está afectando su partida. Ella me cuenta que yo no soy el único, que ella se pasa también el día completo pensando en mi, que se retira a su cuarto a llorar por mi, etc. Duramos conversando casi hasta las 5 cuando cerramos a petición de ella, ya que yo tenía que trabajar dentro de unas horas. Esa misma mañana me llama a mi celular para saber si yo había podido dormir. Le digo que si, y después de 5 minutos cerramos, despidiéndola yo con las palabras con las que siempre nos despedíamos, Te Amo Mucho mi Reynalinda (TAM). Quería que las últimas palabras que escuchara de mi fueran esas, para que le quedaran por siempre.
Hoy miércoles 15, aún sigo pensando en ella. No se porque me pasa esto con ella, porque más nadie que yo sabe, que ella no es la única mujer en el mundo. Tengo muchas opciones que elegir (no es que yo sea Brad Pitt, pero tampoco soy el más feo). Actualmente estoy conversando con una chica a la que había conocido a través de un amigo. Es una chica genial. El sábado la invité al estadio, y el domingo salimos a comer un helado. Pero no estoy apresurando las cosas. No quiero hacerle lo que le hice la otra vez a aquella chica de la cual hablé que también era fenomenal. A veces siento rabia con ella, solo por el hecho de todas las chicas buenas que dejé pasar. Pero también tengo que estar agradecido de que ella apareciera en mi vida, ya que me hizo una mejor persona, creando en mi ambiciones en la vida, las cuales lograré aún si ella.
Lamentablemente todavía sigo pensando en ella cada minuto del día. Yo se que mi actitud no ha sido más que la de un masoquista empedernido, pero que más da, cuando el corazón manda no hay conciencia que valga. Hay veces que me estoy reventando por llamarle y escuchar aunque sea su voz, pero estoy haciendo lo imposible para no hacerlo. Esto hace menos de una semana, y creo ya que estoy viendo que todo en la vida tiene un límite.
Gracias por escuchar a través de mis letras, y discúlpenme lo largo de mi relato, pero es que necesitaba desahogarme y repasarlo todo sin obviar ningún detalle.
Pricked Heart
PS: Cualquier ayuda o comentario sería de gran ayuda.
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