Cita:
Iniciado por Mishaela
Syfo-Dias, así es por lo general, los hombres son más insistentes que las mujeres. No sé si será el orgullo lo que nos diferencia a mujeres de hombres, ya sabes, venus y marte no comparten la misma órbita...
Lo que está claro es que de todo esto, hombres y mujeres, sacamos una lección, aunque no siempre sepamos intrerpretarla.
La canción preciosa, hace mucho que yo aposté por la dignidad, gracias!!
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Red lights, green lights, strawberry wine
A good friend of mine, follow the stars
Venus and Mars
Are alright tonight...
No es que los hombres seamos más insistentes: es que tenemos menos oportunidades y desempeñamos el rol activo, motivo por el cual las posibilidades de
arrastramiento son más elevadas.
El orgullo es diferente de la dignidad, como sabes. No perdonar es orgullo. Llegar a un estado en el que nada te afecte es dignidad. Reaccionar con rencor, ofendiendo a la persona a la que quisiste, es orgullo. Dejar pasar,
wu wei, aceptando las realidades y deseándole la mejor suerte, es dignidad. Prorrumpir en gritos, en llantos, en odio, en insultos, es orgullo. Callar y dejarle al silencio la tarea es dignidad.
Al final, la diferencia entre
orgullo y dignidad, entre
reaccionar y responder,
es la diferencia entre el Ego y el Ser. El ego es nuestra carga emocional, los dolores mal digeridos, la necesidad de destacar, de reclamar, de permanecer, de trascender. El Ser no necesita nada de eso. En el ser no hay Venus ni Marte. Hay Orden y Serenidad. Por eso, cuando toca hacer las maletas y recoger para marcharse, lo mejor es hacerlo en silencio y escuchando la lección. Todo lo demás está de más.
El silencio se rompe cuando el ex hace acto de aparición. Pero es como añadir una apostilla autógrafa a un libro que ya está terminado: una nota, una anécdota que enriquece el libro, pero no cambia ni una sola coma. En todo caso, quien lo pretendiese debería empezar uno nuevo. Y eso ya es mucho más difícil...