Después de tantísimo tiempo, reconozco mi gran adicción por la comida.

Elocin

Yo de peso no puedo hablar por mi. Puedo hablar por quienes he visto, pero desconozco la lucha interior.

Aunque supongo que no se debe diferenciar de otros problemas o adicciones, en que el llegar a admitirlo es el único paso viable y muy necesario, para empezar a cambiar hábitos.

Será una chorrada, pero a mi me pasó con las uñas. A pesar de que riesgos para la salud son obviamente menos que un sobrepeso (en teoría, que luego he visto cosas horrorosas), tampoco es un hábito saludable y yo me llagaba a hacer daño. El aspecto mental también influye porque es una parte de tu cuerpo que la gente mira, comenta, y aunque no lo hiciera sobra decir que no es bonito de mirar. Por no mencionar que no se entiende el hábito..
Pues bueno, 31 años he tardado en dejarlo. Lo había intentado, pero nunca muy convencida de que fuera un problema para mí. Me decía que me tenían que aceptar con esa costumbre, que las manos tampoco eran tan importantes (considerando que trabajo con ellas y recibía muchos comentarios de compañeros y clientes).

Tras uñeros que se hacían cada vez más dolorosos, problemas de mordida, dolores en la mandíbula y desgaste dental, como que me dije que hasta aquí. He tardado lo mío, pero por fin tengo unas, por fin me las puedo cuidar, y me evito ver horrores como los que he presenciado de cerca por parte de personas adultas que aún se las muerden.. Cosas tipo dedos que se convierten en palas, con las puntas gordas y sin apenas resquicios de uñas.. Infecciones (que yo es un milagro que no las tuviera trabajando con dinero)..

Al final es como todo.. Mucha fuerza de voluntad, admitir que hay un problema.. No castigarse por decaer si no sacar fuerzas para seguir enmendando los errores hasta que ya no se cometan. Paciencia, y si es necesario buscar la ayuda pertinente.

¡Así que todos mis ánimos!

Pero yo trataría de ver si la ansiedad es una causa o un efecto colateral del hábito de comer. Cuando tuve ansiedad me daba tambien por comer. Muerto el perro se acabó la rabia, que en mi caso era de las pocas cosas que me venían bien, para amortiguar la pérdida de peso relacionada a las situaciones de estrés..