Hola a todos, vuelvo a agradecer la opinión de todos. Por mi parte el tema lo doy casi por resuelto, ya veo las cosas más claras que cuando empecé el hilo.
Como siempre la realidad estará en un equilibrio entre todas las opiniones, pero como veo que la cosa se ha malinterpretado y desviado resumo los datos.
- Donde ella trabaja no es típico bar de copas, sino que entre semana es como una cafetería. Allí suele ir gente mayor a tomarse vinos, cafés y copas. Y cuando yo voy, al mediodía, acaban de abrir y no hay nadie.
- Cierto, solo hablábamos en su horario de trabajo. Pero nuestros horarios fuera del trabajo hacían incompatible vernos en otro momento. Aunque alguna vez le comentamos el grupo de amigos que si un día libraba que si quería tomarse algo con nosotros y aceptó.
- No, jamás tuve su teléfono ni redes sociales. En cuanto a las redes no las uso mucho. El teléfono jamás se lo pedí.
- Nunca se lo pedí porque nunca vi que ella tuviera interés en mi, lo recalco, solo hablé de aprecio, confianza, ni siquiera recuerdo haber dicho que me considerase amigo suyo.
- Soy una persona cortada cuando se trata de relaciones sentimentales. Me cuesta abrirme a la gente y muchas veces aparento ser borde sin quererlo por falta de confianza.
- La chica en cuestión, según me dicen gente cercana a ella, tampoco suele abrirse mucho con los clientes, por eso cuando vi que conmigo hablaba cosas que con otras personas cercanas a ella no, pensé que me había ganado su confianza.
- Lo último que suele pensar la gente de mi es que sea un baboso, más bien todo lo contrario. Siempre respeté que ese era su trabajo, le hablaba cuando veía que no estaba ocupada, por intentar pasar ese rato allí de forma agradable. Tengo bastantes amigos y amigas amareros/as, con los que al principio no hablaba nada y he terminado siendo amigo ( o colega, como queráis llamarlo), amigo de verdad, y nunca he tenido este problema.
- Yo nunca he creído tener posibilidades con ella, de hecho me resistía a pensarlo, a pesar que varios amigos, incluso su jefa me animaban a intentar quedar con ella.
- Jamás hice intento de entrarle, ni le dije que me gustase; yo di por hecho que ella lo notaba, pero nunca lo confirmé. Por eso extraña que cuando deja de hablarme es solo cuando tiene novio.
- El problema, vuelvo a insistir, es que en toda la semana no se le ocurra nada que decir y cuando estoy con mis amigos parezca la persona más simpática y habladora del mundo.
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