En los divorcios y rupturas siempre hay que escuchar las dos versiones. La gente siempre al principio tiende a ponerse de parte de la persona "abandonada" y lanzar serpientes hacia quien ha cortado la relación.
Pero tras escuchar a ambos y profundizar más en el tema, podemos comprobar en ocasiones que, ni el dejado era tan bueno o inocente ni el que deja era tan malo malísimo. Las relaciones son más complicadas que todo eso. No son de "bien absoluto-mal absoluto", salvo poquísimas y más que escasas excepciones, pero lo habitual es que ambos tengan su parte de culpa en la ruptura.
Por ejemplo, lo que para uno es una tontería, para el otro puede significar la gota que desborda el vaso. Y así con todo. Es más que difícil encontrar una persona que piense exactamente igual que nosotros en todos los sentidos. Las personas no somos clones.
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