Pues hoy nos vamos ni más ni menos que a un lugar recóndito, misterioso y milenario llamado Cydonia.
Un lugar sin duda para relajarse y caminar sin fin por los páramos a veces tibios, a veces congelados de un lugar por descubrir.
Tras un largo viaje, hacinados en un cubil inmundo, respirando aire enlatado y comiendo comida que no es comida, por fin descendimos ahí, en ese sitio.
Tras un buen rato en que los sistemas dieron el OK para abrir compuertas y salir, por fin pisamos el polvo del lugar. No había mucha diferencia de pisar el polvo de uno de nuestros desiertos terrestres...salvo por la escafandra del traje, que mantenía el aire respirable.
Pero el cielo era casi azul y algunas nubes algo extrañas cubrían el celeste de la bóveda, no exactamente como tiende a hacerlo en la Tierra, sino de forma bastante uniforme y hasta perderse en el horizonte.
Hablando por el comunicador del traje con el capitán de la expedición, le pedí permiso para quitarme la escafandra por unos segundos e intentar respirar ese aire marciano, a lo que recibí, como era de esperar, una tajante negativa.
Caminamos durante media hora observando los datos de navegación provinientes de nuestro particular GPS marciano, el grupo de satelites orbitadores de reconocimiento.
La primera imagen detrás de unos montículos nos dejó a los tres astronautas estupefactos:
Allí estaban, allí habian estado durante miles de años para nosotros, esperándonos para ser descubiertas: El esfuerzo después de tres largos meses de viaje había merecido la pena.
Nos aproximamos hasta el pie de la más grande mirando la majestuosidad de aquellas construcciones, sin duda obra de otras civilizaciones ancestrales...
El parecido con las grandes pirámides de Egipto de todos conocidas era asombroso...a millones de kilómetros de ellas.
El capitan estuvo largo rato tomando medidas con el cuadrante láser y cotejando todo en una base de datos...cuando recibimos su veredicto...
-No hay duda las coordenadas, la altura, todo coincide milimétricamente con las pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos, es impresionante...y si seguimos caminando...
Pero de repente una interferencia nos dejó sordos a todos y el suelo comenzó a temblar súbitamente...las piedras de las pirámides caían y la imperativa fue salir corriendo del lugar.
Y sin mirar atrás recorrimos como dos kilómetros cuando unas luces deslumbrantes provenientes de aquello que dejamos comenzaron a ascender hacia el cielo marciano, por encima de nuestras cabezas, rampagueantes y amenazantes, silbando.
Por fin logramos meternos en el módulo de operaciones, el mismo que nos hizo pisar suelo marciano. El capitan ordenó encender motores y preparar todo para regresar a la nave nodriza, situada a 5 kilómetros del suelo, en una órbita geo-estacionaria.
Una vez allí el capitán avistó las luces que nos seguían por el monitor principal, que coronaba la sala de mandos principal. Se decidió poner rumbo inmediato a la Tierra.
Se ve que no éramos bien recibidos allí.
El capitán, bromeando en el viaje de regreso, por quitar hierro al incidente y al fracaso de la misión dijo: "Pues nada, a otro sitio donde no podemos volver, ya está".
Y esto forma parte de la misión secreta de la APC, una organización expresamente creada con dinero del FMI para la exploración de Marte, la única que se realizó y de la que nunca se supo y nunca se sabrá...
¿Real? juzguen ustedes mismos...
Pero piensen que muchas veces las cosas pueden ser solamente producto de su imaginación...
, dicen que a veces la realidad supera a la ficción,..¡¡vete a saber!!
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