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Hace medio año trasladaron a un nuevo compañero a mi centro de trabajo. Vino desde una ciudad a muchísimos kilómetros y no conocía a nadie de aquí, ni amigos, ni familia ni nadie más. Yo soy muy sociable y siempre que llega alguien nuevo al equipo que está sólo en la ciudad, si veo que puede congeniar con mi entorno, lo acojo y lo implico lo que puedo en mis planes con mis amigos.
La cosa es que realmente hemos congeniado muy bien porque tenemos un carácter muy similar. Él además es de esas personas muy alegres y siempre me agradece el trato que he tenido con él y dice que sin mi no habría sido lo mismo.
La verdad es que es una persona muy abierta y cariñosa. Siempre tiene palabras bonitas para todos y le gusta ser querido y querer, por lo que ha sido fácil su inclusión. Suele usar "te quieros" a destajo, como un recordatorio que nos ha cogido aprecio (y es que en mi trabajo estamos muy unidos y somos como una gran familia).
Al lío... Él tiene pareja en la distancia (ella está en su ciudad) desde más o menos cuando lo traladaron. Yo tengo pareja desde hace 7 años. Mi pareja y él se conocen y se llevan la mar de bien. Yo a ella no la conozco, pero él me habla abiertamente, me cuenta sus cosas, así como también lo hace con el resto de compañeras. Ya os digo que es muy abierto.
Hace una semana, volviendo de un curso, entre risas empezó a decirme que yo era una persona genial, así como perfecta. Me hizo gracia, pero no le di importancia porque era un comentario que no me sorprendía viniendo de él tal como es.
Pero hace dos noches tuvimos la cena de empresa. Ya sabéis.. Vino.. Copas....
Todos los compañeros muy unidos y pasándolo genial. Otro compañero que sabe bailar salsa quiso enseñarme algunos pasos y él le dijo, en plan broma, que cuidado lo que hacía con "su chica.". El otro me soltó entre risas. Y entonces él vino y empezó a decirme lo mucho que me quería, que no sabía que habría sido de él si no hubiera estado yo ahí, que era perfecta, perfecta para él. Que si nos hubiéramos conocido en otro momento, tenía por seguro que hubiese querido estar conmigo como pareja, que eso lo tuviera claro. Y ahí quedó... Le dí un abrazo y le dije me había parecido muy bonito lo que había dicho y que yo también lo quería mucho. Y continuamos la fiesta como si nada... Cierto es que me sorprendió porque sabía que me tenía mucho aprecio pero no esperaba que me dijese algo así, aunque no le quise dar más importancia por que estabamos todos bajo el efecto del alcohol.
Un par de horas más tarde otra vez empezó a decirme otra vez lo mucho que me quería. Otra vez que gracias a mi se había sentido super acogido y que como no me iba a querer, pero que claro.. querer como se le puede querer a un amigo o compañero. Que no hubiera confusión.
Entonces me quedo yo... ¿¿¿Fué todo esto un cumplido o toda una declaración de intenciones????
Estos días ha seguido como siempre, como si nada, pero a mi se me ha quedado el gusanillo de la duda.
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