Dejar a alguien es algo lo suficientemente importante como para pensárselo dos veces. Suele transcurrir un tiempo entre que te das cuenta (por el motivo que sea) que tienes que hacerlo y ejecutas la ruptura. En ese tiempo habrá días de tenerlo clarísimo y otros que no tanto (cariño, costumbre) y por eso estás situaciones se prolongan. Supongo que esos "te quiero", que podría equipararse a los besos sin ganas o el sexo por compromiso, pueden ser intentos por disimular y que no se note lo que se nos está pasando por la cabeza porque no lo tenemos completamente claro o sí lo tenemos pero no nos atrevemos a confesarlo porque sabemos lo que se nos viene encima. ¿Cobardía por no afrontar la realidad? ¿Egoísmo por querer retener al otro mientras no estemos 100% seguros? Supongo que un poco de todo...
|