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Hola a todos, mi nombre es Juan Sebastian y estoy pasando por una situación un poco dolorosa. Hace un año empecé a salir con una compañera de la oficina, ambos nos gustábamos desde tiempo atrás pero ninguno de los dos lo habíamos manifestado hasta que empezamos a charlar por chat. Las conversaciones nos fueron acercando y poco a poco empezamos algo, y digo “algo” porque ella tenía una relación de casi 12 años con un novio. Yo, había terminado con la novia de toda mi vida y en aquel momento solo quería divertirme un poco. Por lo mismo, no me importaba mucho el hecho de que ella tuviera alguna relación.
En medio de ese panorama, continuamos saliendo, aunque con restricciones, pues ella, que por cierto es muy correcta en sus cosas me manifestó que no se sentía cómoda con lo que ocurría entre los dos, pues sentía que no era correcto lo que hacía. Precisamente por su situación, durante un año de relación, nos separamos en tres o cuatro ocasiones y dejábamos de hablar o incluso hasta evitábamos el saludo en los pasillos de la oficina. Así ocurrió, sin embargo por una u otra razón volvíamos juntos. Nos empezamos a enamorar y sentir muy felices juntos. Fue tan así que un día su novio, quien al parecer era bastante agobiante y muy distante de ella, discutió con ella y decidió terminarle. Ante esa situación ella aceptó, pues quería estar solo conmigo. Después de eso todo fue muy bonito. Ya se imaginarán: Notas de amor, salidas a comer, incluso empecé a compartir algunos fines de semana con su hijo de 18 años, quien es muy agradable. Este hijo del que hablo no es fruto de la relación con su exnovio.
Todo era muy bonito, me sentía pleno, e incluso empezamos a hablar de organizarnos y de otras cosas más. Sin embargo, el último mes todo se acabó. Su expareja continuaba yendo a su casa y buscaba cualquier pretexto para acercarse a ella. Incluso creó un vínculo económico con la mamá de ella. Es comprensible y así lo manifesté, pues seguramente el intentaba recuperarla. Yo estaba muy enamorado de ella y lo sigo estando. Pero hubo un asunto que hizo que me distanciara. Ella me dijo que debíamos dejar de vernos a la salida del trabajo o que la acercara a su casa, pues su exnovio se había enterado que ella había empezado una relación con alguien de la oficina y que aunque ella ya no estaba con él consideraba que no era pertinente que el supiera que había empezado una relación con otra persona tan pronto. Él iba a esperarla a la salida de la oficina y la espiaba para ver con quien salía. Eso me preocupó un poco, pues me pareció algo sicótico.
En medio de esa situación ella me dijo que tenía un retraso. Yo me angustié un poco, no por hecho tener un bebé con ella, no. La idea me gustaba. Ser padre de un bebé con una mujer tan maravillosa como lo es ella no me disgustaba. Incluso pensé en organizar mi vida con ella y con su hijo mayor, con quien siempre nos hemos llevado bien. Lo que angustiaba de esto era tener a su expareja encima y no poder vivir lo nuestro con tranquilidad. Nunca entendí por qué ella sentía obligación con él y por qué le importaba tanto lo que el pensara al saber que tenía otra persona. Eso me molestó y al final le dije que era mejor que lo dejáramos ahí. Ella, después de un par de mensajes que me envió diciéndome que me quería, lo aceptó. Pasados unos días, yo volví a buscarla para decirle que la quería y que me entendiera un poco, que estaba dispuesto a ser paciente y a esperar que su expareja se fuera de su vida y de la de su familia, pues como les cuento él había creado un vínculo con la mamá de ella y sobretodo un vínculo monetario.
Al final, después de un par de intentos por recuperarla ella me dijo que no le escribiera ningún mensaje y que no la llamara nunca más, que lo nuestro había sido hermoso y lo mejor que le había podido pasar, pero que dejáramos el pasado atrás. Sin embargo, un día la abordé a la salida de la oficina para que habláramos, pero ella no soltó mayor palabra. Lo cierto es que al final, después de que tomara su camino, me envió un mensaje diciéndome que estaba pensando en darse una oportunidad con su ex. Ya han pasado dos meses y solo la veo de reojo en la oficina, pues ni siquiera nos saludamos.
Gracias a todos.
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