¿Creéis que mi pareja me ha sido infiel? ¿Qué hao?

LeopoldoLoLo

Hola todos/as.

Hay un tema que lleva toda una semana taladrándome la cabeza, y quiero compartirlo con vosotros para desahogarme, consultar opiniones sobre lo sucedido y consejos sobre qué debería hacer al respecto.

Llevo algo más de dos meses con mi novia. Ambos somos estudiantes, pero alumnos de universidades distintas, en ciudades distintas. Los viernes apenas tengo una hora de clase al principio de la mañana, así que me voy directo desde mi universidad hasta la ciudad en la que estudia mi novia, que no me queda muy a desmano para recogerla, comer con ella e irnos juntos a nuestro pueblo natal. Acto por el que ella siempre se muestra ilusionada.

Sin embargo, esta vez, me pusieron horas extraordinarias el viernes y tendría que quedarme hasta tarde y comer aquí. Entre una cosa y otra, terminaría por salir de la ciudad ya por la tarde, así que decidí que era mejor idea irme directamente al pueblo, y así ella no tendría que esperar por mí hasta que llegase.

Era jueves por la noche cuando se lo dije y, al cabo de unos minutos, me dijo que el señor X se acercaría a la ciudad para pasar el fin de semana en el piso de su abuela, y la invitó a comer. Me dijo que aceptó la invitación, y que tenía pensado irse después, lo antes posible. Por eso, pensando en marchar en bus, me preguntó por los horarios de los autobuses. Se lo facilité. Había dos salidas relativamente temprano: a las 4 y 30 y a las 6. A partir de ahí, le saldría mejor el Blablacar, pues dijo encontrar uno para las 8, pero prefería irse más temprano.

Dado que no nos veríamos antes, acordamos quedar para tomar una copa a la noche, (la del viernes), sobre las 11.

Apropósito del Señor X, este, es su ex. Con el que estuvo saliendo algún tiempo antes de empezar conmigo. Su noviazgo cesó, pero no así su contacto, pues se llevan bien y se ven de vez en cuando. Esta sería, quizá, la segunda vez desde que está conmigo. Él vivía en un pueblo cercano al nuestro.

Ya en viernes, yo llegué al pueblo alrededor de las 7. Ella, según el bus que finalmente cogiese, habría llegado ya hace rato, o no tardaría mucho en hacerlo.

Pero yo no lo sabía. No tenía noticias suyas y he aquí la primera cosa rara.

Durante la semana, ella suele escribirme al salir de las clases, entre las 2 y las 3. Durante la tarde también me escribe, según mis respuestas, en varias ocasiones. Incluso cuando está con sus amigos, suele enviarme algún mensaje.

No obstante, este viernes, no tenía mensajes de ella desde el mediodía, (intuyo que en algún descanso entre las clases), y no dio señales de vida hasta ya entrada la noche, a eso de las 10. Toda la santa tarde sin dirigirse a mí. Muy extraño para lo que me tiene acostumbrado y sobretodo teniendo en cuenta que tenía un viaje en autobús de por medio.

Cuando me escribió, decía estar cansada y proponía vernos poco tiempo o incluso posponer la cita para el día siguiente. Me extrañó. Tras toda la semana sin vernos, ella misma suele mostrarse siempre con ganas de verme. Pero entiendo que todo el mundo tiene días de mayor y menor energía, ella no es una excepción. Por tanto, no aumentó mi preocupación todavía, aunque es otro dato a tener en cuenta.

Al final, optamos por vernos igualmente. La recogí en su casa y he aquí la siguiente cosa rara. Me extrañó su actitud. Decía estar cansada, pero me la encontré enérgica, en realidad, diría que alterada. Se reía constantemente por cualquier cosa y no paraba de decir chorradas. Una tras otra. Más de lo normal. Cualquier palabra le hacía gracia. Al salir del coche incluso se puso a dar brincos mientras berreaba. Emitía onomatopeyas y decía tonterías. Cual si se hubiera vuelto niña de repente.

Ya dentro del bar, todavía la notaba inquieta. Se movía bastante en su asiento y gesticulaba mucho. Entonces, ya sentados, no hizo falta que yo le preguntase nada, comenzó a contarme su día. Yo me limité a escuchar.

Y esto es lo que me contó:

El Señor X la recogió a la salida de la universidad, entorno a las 3. Se fueron a comer a un centro comercial. Una vez acabaron, decidieron dar una vuelta por las tiendas de ropa (y, con ello, la opción de irse en el autobús de las 4 y 30, quedaba descartada).

Tras las tiendas, emprendieron un paseo por las calles de la ciudad y, un rato después, (ahora es cuando empecé a ver la cosa más fea), él le propuso ir al piso de ella a ver una película, pues no le corría prisa visitar a su abuela. Ella accedió. - De todas formas, tendría que ir para recoger las cosas y hacer la maleta - me dijo.

Siendo así, deduje, también hay que descartar el autobús de las 6. Y ahora se vuelve más factible que hubiera bajado en el Blablacar de las 8, que al principio quería evitar por ser demasiado tarde.

Sin embargo, ella continuó hablando y resultó ser que, el señor X le comunicó su ocurrente cambio de intenciones: ya no iría a pasar el fin de semana con su abuela. Se iría a su pueblo también, (colindante con el nuestro), y así, podría transportarla él y se librarían de toda prisa. A ella le pareció bien.

Esto me sonó más extraño todavía y empecé a dudar de la veracidad de su visita a la abuela. No se si se lo inventó él, o fue lo que a ella se le ocurrió decirme.

Una vez en su piso, se fueron al cuarto de ella, e, indecisos en cuanto a la película que escoger, optaron por reproducir una serie, de la que me dijo ver no sé cuántos capítulos.

Me ofreció algún detalle sobre la serie, a los que no atendí porque a esas alturas, lo que menos me preocupaba era la serie.

Me siguió contando la historia:

Después de vistos esos capítulos, el muchacho recordó que tenía que entregar un trabajo para la universidad y le urgía acabarlo. Entonces, le dijo a ella que se tendría que poner a terminarlo en ese preciso instante.

Esto me sonó más extraño todavía. Después de dedicar al ocio toda la tarde, se acuerda, repentinamente, de que tiene una entrega urgente. Inmediatamente me surgieron preguntas tales como:

¿Acaso subió consigo, al piso de ella, su material de estudio o su ordenador? ¿Contaba ya con hacerlo? ¿Acaso disponía de lo necesario para realizarlo desde el ordenador de ella? ¿Por qué no lo hizo antes de recogerla y sí ahora, repentinamente?

Me cuesta creer esta parte de la historia y, al oírlo, mis sospechas se acrecentaron.

Pero ella prosigue:

Entonces, le preguntó al señor X si, mientras él hacia el trabajo, a ella le daría tiempo a ducharse antes de que ambos se marchasen a sus respectivas casas. Él respondió afirmativamente y allí se quedó, en el cuarto, con su trabajo, mientras ella se fue a la ducha.

De esta manera se les fue la tarde entera y no la dejó en su casa hasta pasadas las 9 y media, (un rato antes de que al fin se dignara a contestarme al WhatsApp).

Y hasta aquí lo que ella me contó, pero la cosa no termina ahí:

Como solo nos vemos los fines de semana, viernes inclusive, tenemos por costumbre echar un polvo cada vez que quedamos. Así que, habiendo salido del bar, y dando por hecho que esta vez sería igual, me dirigí, casi de forma instintiva, a la casa que antiguamente pertenecía a mis abuelos, y que ahora uso yo como picadero.

Aun a pesar de ser lo habitual, ella se mostró sorprendida porque dijo no tener intención de hacer nada. A mí me sorprendió su sorpresa. De todos modos, acabamos dentro de la casa y he aquí la nueva cosa rara: no tuvimos sexo.

Nos acurrucamos, pero cada vez que yo trataba de avanzar, ella enfriaba el asunto. Empezó a remolonear y a permanecer casi inmóvil. Se decía cansada, aunque no me lo pareció en toda la noche. También empezó a quejarse de dolor de rodillas, sin embargo, vi como instantes antes de entrar en el bar, daba saltos.

Yo, masticando la mala leche, me puse en pie, y di la noche por finalizada sin consumar, por primera vez desde que estoy con ella. Esto hacía saltar todas las alarmas y acrecentaba mis sospechas de que, seguramente, ya venía servida.

Pero la cosa sigue sin terminar ahí, y todavía hay algo más que me hace desconfiar:

Decidí tomarme el lunes libre de clases, para adelantar trabajo atrasado. Así que, el domingo, le propuse ir a la ciudad en la que ella estudia para pasar la noche juntos e irme el lunes al mediodía a la ciudad en la que yo estudio.

Ella no contaba con ello, pero accedió. Tal vez por no levantar sospechas con una negativa (pensé yo).

El caso es que, cuando llegué a su piso y entré en su habitación, lo primero que me llamó la atención fue que, nuestra foto, la que tenía colgada en el corcho, no estaba. Me lo tomé como una prueba más, que me dio a entender que, si retiró la foto del corcho, no solo existía una posible infidelidad, sino que, además, fue premeditada, o al menos, ella contaba con la posibilidad de que sucediese.

¡Qué casualidad! Esa foto nunca había salido de ahí, y, de repente, la esconde.

Ella se justificó diciendo que, el jueves, una de sus compañeras petó en su puerta para hacerle una consulta y que, cómo a ella le da vergüenza parecer romántica ante terceros, retiró la foto rápidamente para esconderla antes de que ella abriese la puerta y se olvidó de colocarla de nuevo.

Me resulta muy difícil creer cosa semejante.

Por la mañana, antes de que se fuera a la universidad, le pregunté por qué el viernes no quiso acostarse conmigo. Ella respondió que hacía mucho frío en la casa. Motivo que el viernes no adujo en ningún momento. Y yo creo que fue la primera excusa que se le pasó por la cabeza.

Ahora, pasada toda la semana, no ha vuelto a salir el tema. Todavía seguimos juntos. No quiero acusarla de nada sin pruebas que puedan demostrar irrevocablemente que me puso los cuernos. Pero creo que los que tengo, son indicios suficientes como para creer que así fue.

Traté de redactarlo de la forma más imparcial posible, diciendo las cosas tal como ella me las contó y con todo detalle.

¿Qué opinión os merece? ¿Qué tan probable es que se haya acostado con él? ¿Cómo actuaríais en esta situación?

Necesitaba hablar de esto. ¡Gracias por leerme!