Sólo añadir que una vez una chica muy celosa me dejó porque había ido a la playa con una amiga.
Era una amiga a la que conocía antes de ella. Y sólo una amiga (es decir, sin derecho a roce).
Yo ya sabía que le iba a sentar mal, porque era celosa. Y, tonto de mí, se lo dije con el pensamiento: "No he hecho nada malo y no tengo nada malo que ocultar".
Pues muy bien, me dejó.
Si nunca lo hubiera contado, nunca lo hubiera sabido.
|