Contar para empezar a olvidar

Betica Minervae

Buenas tardes.
Escribo desde el sur de España, soy una chica joven y necesito contar esto.
No soy amiga de contar estas cosas en foros. Ni siquiera soy amiga de contar estas cosas; considero que hablar de amor o sexo es el primer paso para frivolizarlo.
Pero esto es algo que necesito expresar y que alguien, quizá, lo lea y opine.

Tengo 25 años. Siempre he sido una persona muy independiente y no he estado con muchos chicos. Cuatro o cinco en toda mi vida. Antes de seguir debo aclarar algo: siempre he tenido problemas de sobrepeso y esto es algo que siempre me ha frenado. A pesar de tener sobrepeso soy alta y esbelta (poco pecho, poca barriga...), vamos, las carnes bien repartidas de tal forma que en conjunto resulta armonioso. Ni me consideran ni me considero fea: tengo los ojos grandes y verdes, el pelo oscuro, la tez clara y la cara fina. En conjunto no estoy tan mal, pero mi sobrepeso me frena y hace huir de cualquier contacto físico. Sólo cuando he estado más delgada he podido entregarme plenamente. Pero ahora tengo un sobrepeso de 20 kilos y no me siento con ganas de estar con nadie.

Aclarado esto, importante para comprender la historia, paso a contar mi historia:
Aunque he estado con chicos, alguna vez me he sentido atraída por mujeres. No le di importancia porque cuando me pasó pensé que era algo así como admiración, o deseos de tener su cuerpo más que deseo sexual. Pero ahora es distinto.

Estoy terminando mi carrera universitaria, Periodismo. En clase, a principios de curso, coincidí en un grupo de prácticas con una chica que desde el primer instante me cautivó. Guapa, alegre, simpática... pensé que era lesbiana porque íbamos a hacer un reportaje y comentó que tenía a una persona para entrevistar y dijo que era muy guapa y además añadió "mejor" e hizo un gesto como socarrón.
Por aquella época yo trabajaba por las tardes y estaba muy estresada. Sólo la veía cuando nos reuníamos y la verdad es que yo no estaba muy simpática. Pero a veces nos veíamos al salir de clase y cruzábamos alguna palabra. La sentía muy lejos de mi, de mi mundo... hasta que un día nos quedamos solas terminando una práctica y hablamos de temas más personales. Bueno, anécdotas y cosas sin importancia, pero que me hicieron ver a una chica muy semejante a mi y que no era lesbiana, ya que tiene una buena lista de novios.
Me sentía algo confundida. Me considero heterosexual, aunque esa no es la cuestión.

Meses después de aquella práctica, estoy hablando de hace tres semanas, empezamos otra práctica (es lo que tiene el periodismo). Esta vez se trata de un reportaje sobre temas literarios y aquí ha sido la perdición para mi. Hemos pasado mucho tiempo juntas, y he podido ver que coincidimos en todo. Siento que hablamos el mismo idioma, el idioma de la literatura, de los bohemios, de los soñadores... pero entonces ella me habla de su chico y la sonrisa se me apaga. No me habla mucho, pero a veces lo menciona.

Siento que se siente cómoda conmigo, que me tiene confianza.
Me pasó una cosa curiosa. Hace dos fines de semana hice un curso de teatro intensivo y se lo comenté a ella el día antes de que comenzara. No se vio muy convencida. Yo se lo dije por decir, aunque la animé a que se apuntara. El curso empezaba un viernes por la mañana y ella tenía clase. El dia antes me dijo que se lo iba a pensar y que lo mismo se pasaba después de clase por si podía apuntarse.
Aquel viernes, durante el curso, yo pensaba "ojalá estuviera aquí, seguro que le encantaría". Pensé en llamarla y decirle que no se lo pensara, que merecía la pena. Pero preferí no hacerlo.
Después de clase me llamó y me dijo que se había apuntado. Esa fue mi perdición. Ahí fue donde la conocí, donde me di cuenta que lo que siento por ella va más allá. Que de verdad me siento atraída por ella, por su cuerpo, por su alma... por toda ella.
Quiero estar con ella, compartir ese mundo en común con ella, pero yo, como ya dije, no estoy para nadie.

La noche que acabamos el curso de teatro, no sé como fue, saqué el tema de la bisexualidad. Conté que me habían tomado por bisexual y ella contestó enérgicamente "¿y qué?¿eso es malo?", aunque intenté continuar con lo que estaba contando, ella repitió al pregunta un par de veces, medio en broma, con la mirada encendida... pero no le seguí el tema. Se dejó pasar.

Y bueno, estas semanas he sentido mucha complicidad con ella. El tiempo cuando estoy con ella se me pasa volando. Puedo sacar cualquier tema que ella lo entiende. Todo lo que ella dice me gusta, lo entiendo, lo comparto.
Es como si sintiera una conexión mística y profunda con ella.

A veces imagino ver en su mirada algo más. Un atisbo de que quizá ella siente lo mismo que yo. También hay que tener en cuenta que yo tb le hablo de los chicos con los que he estado. Así que lo mismo piensa que soy hetero perdida y no se plantea nada conmigo.
Es más joven que yo, 21 años. Son sólo cuatro años, pero que en estas edades se notan ligeramente.

En fin, que no dejo de pensar en ella y necesitaba contar esto que me corroe el alma.

Gracias por leerme.