Janine Jansen y Hilary Hann
Quien googlee cualquiera de estos nombre se llevará la sorpresa de ver a dos hermosísimas chicas que además son concertistas de violín.
No son las únicas violinistas bellas, es curioso pero hay muchas que lo son, sobre todo cuando son solistas y precoces como ellas lo fueron; como Vanessa Mae, como Elissa Lee Koljonen, como Anna Katherine Claus, como Arabella Steinbacher, o, como Anne Sophie Mutter cuando era joven.
Y muchas, muchas otras, recuerdo haber leído una nota de una chica que se quejaba, de que era imposible ser una solista de primer nivel, si no se era una chica linda. Lo decía con cierto veneno.
Hay por cierto una silenciosa leyenda negra en los círculos de la música clásica respecto a esto, y es que el violín, no sólo es el instrumento más difícil de tocar con maestría, sino que tiene infinitos secretos que no los conoce cualquier maestr@. Y que sólo los virtuosos del violín y algunos grandes directores de orquesta si conocen... Y aquí es donde nacen las suspicacias... Todo puede ser, aunque prefiero no creerlo.
Bueno con Janine Jansen es imposible hablar, porque siempre tiene una especie de cordón de seguridad a su alrededor,
Pero con Hilary Hahn, aunque es más prestigiosa, sí. Tuve la oportunidad de hablar dos veces con ella, la primera en 2006 poco más de dos minutos, y la segunda en 2009 increíblemente, se acordaba de mi y de un colgante de turmalina que yo llevaba en mi cuello y me lo saqué para obsequiárselo por lo emocionado que estaba con su maravillosa interpretación... y cuando me vió, se acercó y me lo mostró... No lo podía creer...!!!! ¡Era una simple turmalina, no una esmeralda!
Bueno fue hermoso, pero no pude lograr que aceptara una invitación a cenar.
Eso sí es de una dulzura y una finesa tal, que aunque te rechace, lo hace de una manera que te quedan ganas de volver a invitarla, un tiempo después. Es tan deliciosa y encantadora...
Bueno hoy no la invitaría porque estoy muy bien con mi pareja... pero en el próximo concierto que valla a verla, en la ciudad que sea, no dejaré de ir a saludarla. Mi novia sabe que es mi único amor platónico.
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