Con el corazón aún en la mano

Fireflies

Después de varios días leyendo las diversas experiencias de los usuarios de este foro, me animo con vuestro permiso a desahogarme.

Voy camino a los dos años que el amor de mi vida, mis sueños, mi esencia, mi todo se esfumo entre mis manos, me perdí entre mis problemas alejándome del camino que un día la enamoro, culpable me nombro de todos los cargos y no me perdono a mi mismo por estropear un amor tan puro.

Durante los primeros años de relación miraba al cielo, miraba las estrellas, buscaba la que más brillase aunque todas tuvieran el mismo brillo y daba gracias a un Dios en el que nunca creí, gracias por volverla a poner en mi camino y esta vez, darnos la oportunidad de tener algo, por crear una persona tan valiosa y perfecta, mitad ángel y mitad demonio, la mezcla perfecta que me abrazaba para calmarme y a su vez abofeteaba para que me levantara y luchara contra lo que solo a ella pude contarle.

Estos dos años no he buscado el porqué del final, pues de el soy conocedor, si no el porqué cada vez que parecía que había una oportunidad, una posibilidad… yo no estaba, porque no cogí el teléfono aquella noche que estaba en casa pensando en ella, con el teléfono en mano, haciéndola creer que estaba de fiesta, porque no deje de lado las horas extra en el trabajo para llamarla como nos habíamos dicho cuando ella estaba esperando al otro lado del teléfono y yo sin batería, porque cuando no habiéndome ido al día siguiente todo podría haber sido diferente, porque cuando puede que ella vaya a dar un pasa a favor… yo solo tomo la decisión incorrecta, acaso Dios me castiga por no creer en él?

No fui infiel, no la puse un dedo encima, no pase de ella, no la insulte, pero sí la hice participe de mis problemas interiores, iba a verla con ellos encima y con la cara de otra persona que no era yo, respuestas a destiempo, palabras que jamás hubiera dicho pensando tan solo 1 segundo más, desconfianzas absurdas y sin fundamento, en definitiva, un yo final, que en absoluto era yo.

2 años sin ella, sin luz, sin amaneceres, sin camino, sin alma, sin locura y perdición, sin despertar a su lado y pensar que estoy en un sueño, sin respirar.

Dicen que el amor verdadero no existe, que los sentimientos se acaban difuminando con el tiempo, que para superar un amor necesitas una tercera parte del tiempo que estuvisteis juntos, he doblado ese tiempo y aún sabiendo que ella ya ha estado con otros, sigo aquí.

Estos dos años han pasado por mis manos bellezas, mujeres que antes de conocerla a ella no creo que las hubiese dicho que no, pero sencillamente por más proposiciones que he tenido, por más pretendientas, ni siquiera he podido plantearme que un beso merecía la pena, como olvidar a esa mujer que sus imperfecciones hacían que fuera la perfecta?

Por diversos motivos, en menos de un año me voy a otro país, para labrarme un futuro y como no, para no seguir pasando por tantos sitios y tantos recuerdos y sin querer soltar la lagrimita de rigor, no busco consejos de cómo recuperar el amor perdido, ni consejos de cómo avanzar y como un clavo saca otro clavo, sacar un clavo con otro clavo solo hace que el agujero sea más grande, supongo que solo busco desahogarme, perderme entre mis propias palabras incoherentes, que alguien me lea y no mueran en los folios de mi escritorio.

Ojalá pudiera volver al pasado, no para cambiarlo, pues no soy quién para moldear a mi antojo los sentimientos de nadie, sino para aunque sea, volver a saborear en primera persona los besos, las caricias y sobre todo las miradas de antaño y no tenerlo solo en mi recuerdo como si simplemente de un sueño se hubiese tratado… Volver a sentirme como si estuviera en el borde de una playa mirando un amanecer, abrazándola y viendo como el suave oleaje nos calma, donde no hacen falta las palabras y solo las miradas que durante un tiempo solo me dirigía a mí..

Cada día me digo porque un día más, y cada día me respondo, si en vez de hoy ella volviese mañana, volverías a no haber estado y volverías a fallarla…