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Hola,
sucintamente os cuento que yo actualmente tengo una relación sentimental con una persona con la cuál pacté en su momento amor eterno.
Todo ha ido bien, sin ocultar problemas lógicos de convivencia en los últimos 6 años, pero por tristeza y dolor, se ha cruzado en mi camino una persona. Esta persona no sabe nada de lo que pasa por mi cabeza y mi pareja tampoco.
El problema por tanto está en mi cabeza.
Conocí a esta chica en mi trabajo, un buen día, haciendo un curso.
Yo estaba totalmente entregado a las disquisiciones del profesor cuando llamaron a la puerta, solicitando permiso para entrar.
La puerta se abrió y apareció ella.
Mi gesto debió transconfigurarse al verla, porque a los segundos me di cuenta que ella misma había caido en la cuenta de su efecto al entrar en la sala.
No pude evitar caer fulminado por ella.
Mi mente se paralizó y mi corazón se hizo protagonista de la situación.
Ella se sentó una fila por delante de mi. A los segundos/minutos no pudo reprimir la ansiedad de mirar hacia atrás y fue entonces cuando me di cuenta que yo le había llegado.
Mi corazón volvió a acelerarse al ver el brillo espectacular de sus ojos, sin poder reprimir mi instinto, mis ojos se negaron a apartarse de su hechizo he hicieron de mi presa de su hermosura.
No fue la primera vez que ella cedió a la tentación y nuestras miradas cómplices calleron inocentes en un halo maravilloso, un momento mágico, en el que te gusta una persona y sabes que a esa persona le gustas.
El profesor seguía en su exposición en perfecto inglés. He de reconocer que al principio me importaba lo que comentaba, pero una vez ella cruzó el umbral de la puerta, eso cambió y mi destino también... o eso creo.
Llega la hora de comer y por suerte nos cruzamos en el comedor de la empresa.
Intentamos disimular, e incluso hacer creer al otro que no me interesa, pero es imposible.
Yo la tengo en la cabeza, es mi pensamiento más fuerte. Ella creo que actúa de la misma manera.
Por la tarde el curso se convierte en una práctica por grupos. Obviamente aqui manda Dios, y quiere que nos toque juntos en el mismo grupo. Los grupos se deciden al azar, y por suerte estamos juntos.
Nos cambiamos de aula, ella, yo y tres compañeros más.
Comienza nuestra práctica y tengo la absoluta certeza de que la química es mutua.
Al finalizar la práctica realizamos una exposición del resultado de la misma en la aula principal y sin pena ni gloria termina el curso y el momento de marcharse llega.
Se que será muy dificil volver a verla, pero mi esperanza se hace fuerte al conocer por arte de birle y birloque que ella es de la misma empresa que yo. (una grandísima multinacional).
Por tristeza para mi, pasan unas semanas, sabiendo que lo que me había sucedido era casual y no causal. Que nunca más volvería a suceder.
A decir verdad no soy persona impresionable ni caprichosa.
Bueno, al cabo de unas semanas estando en mi mesa, la veo aparecer frente a mi. Creo que se me paró el corazón. ...lo recuerdo como si me estuviese sucediendo de nuevo.
Después de esto, la he vuelto a ver con asiduidad.
El gran problema es que yo no he buscado esto.
El gran problema es que no se que pasa en mi cabeza cuando la veo.
El gran problema es que yo no creía en los flechazos.
El gran problema es que estoy casado.
El gran problema es que no felizmente casado.
¿Es una señal del destino?
¿El destino existe?
...alguien sabe qué pasa?.
El gran problema es que llevo sin verla 6 meses, por razones de cambio de proyecto, y no puedo dejar de pensar en ella.
Si hubiese sido atracción sexual se me habría pasado... eso ya lo he sufrido, seamos sinceros... pero 6 meses es mucho tiempo para que esta sensación de que el corazón se me rompe cada vez que la recuerdo no haya cesado.
Bueno, si cupido existe que decida..., yo no puedo.
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