Las relaciones tóxicas, como cualquier otra relación, son al menos de dos o más integrantes, quiero decir que por principio entonces tú también eres tóxica y algo tendrías que comenzar a hacer respecto a esa toxicidad.
Implicarte en relaciones tóxicas es consecuencia de tu toxicidad ya que si piensas que el tóxico solo es él difícilmente asumirás el menor sentido de co-responsabiidad que te corresponde.
Si nos vamos a centrar en él y en emitir juicios, condenas y demás, estará bien para desahogarse un rato y verter nuestras propias aberraciones pero de ahí no pasa sin que cambie nada.
Son al menos cuatro años en los que no has podido o más bien no has querido dejar de ser la ex-noviecita disponible con dos-tres palabras dulces de él.
Tal vez él algo también te está aportando, lo suficiente como para que no hayas rehecho tu vida y ya haber pasado de él hace tiempo.
¿Por qué en cuatro años no te has emparejado ya de alguien más?
¿Por qué cuando él apenas toca tu manita caes rendida sin oponer resistencia?
Será que estás muy necesitada de afecto o, dicho de otro modo, muy carente.
Tus carencias afectivas no las inventó él sino que vienen de mucho atrás y, en cualquier caso, es un problema tuyo que solo tú tienes que atender y solucionar y nadie más y mucho menos ese u otro noviecito, sea tóxico o no.
Podemos considerar esto como un primer paso porque ahondar al respecto por lo que está pasando en ti conlleva profundizar más, mucho más, y buscar más información y ayuda por ahí y por allá.
Al menos ya comienzas a caer en cuenta que hay una toxicidad en dicha relación que jamás ha sido rota o terminada y al menos han sido cuatro años para ahora si plantearse acabarla y no cuatro o más décadas de lo mismo o incluso con más hijos.
|