De hace un mes recibo atenciones no deseadas de mi compañero de oficina. Regresa antes de la parada del almuerzo cuando sabe que estoy yo, coloca su silla muy cerca de la mía y me sonríe. Me ha insinuado si me gustan las flores, me ha invitado a tomar algo como mil veces, al principio acepté porque quiero llevarme bien con mis compañeros pero pronto me di cuenta de sus intenciones obvias, del todo, me ha visto fuera del trabajo y ha intentado llevarme la compra a casa, pasearme en coche, invitarme a todo lo invitable, en fin estoy hasta las narices porque a mí no me gusta y no quiero montarme una película con nadie a estas alturas de mi vida, y él no me gusta pero no quiero justificárselo porque a él no le importa.
|