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Pocos gestos deslumbran y deleitan tanto a una persona como que su pareja los sorprenda con una cena romántica. Más aún cuando es inesperada. No solamente por la buena comida, el ambiente o la música, sino porque todos estos detalles sumados demuestran que la otra persona ha pasado un tiempo considerable pensando en uno y en cómo hacerlo sentirse únic@.
¿Quieres organizar una cena para tu pareja pero crees que no podrás sobrellevar tanta responsabilidad? No te alarmes. Cualquiera puede preparar una velada encantadora con tan sólo proponérselo. Si bien en un primer momento puede parecer algo complicado de planificar, lleno de detalles de los cuales ocuparse y que tanto puede salir muy bien como tremendamente mal, sólo es cuestión de tener en cuenta algunas cuestiones.
Elegir bien el lugar
A la hora de preparar una cena romántica, en primer lugar, es fundamental el ambiente. Si estáis viviendo solos, no hay problema. Puedes sorprender a tu amor al transformar en su ausencia la casa en la que compartís el día a día. Bastará con poner un par de velas artesanales, flores frescas en los jarrones y una música suave para cambiar completamente la atmósfera. A la vez, también puedes elegir esa noche para estrenar la vajilla nueva. No dejes de poner mantel, y desconecta el teléfono para asegurarse de que no habrá interrupciones molestas que rompan con el clima.
Cena para dos (y no más que dos)
Si ya tenéis hijos, es fundamental que en ese momento no estén en casa. Sabemos qué clase de placeres suelen seguir luego de una cena romántica, así que definitivamente no quieres tener niños en el medio esa noche. Llévalos a casa de tu madre, o bien con tu suegra, sin decirles el por qué. Tampoco quieres señoras mayores dándote consejos sobre el tema, ¿o sí?
Si, en cambio, sois aún son jóvenes y estáis viviendo con sus respectivos padres, la situación se complica un poco. Es preferible ahorrar dinero e invitar a tu amor a comer a un buen restaurante. O bien, esperar alguna ocasión en que los padres de alguno se marchen por unos días, para así disponer de la casa.
Vestidos para matar
Una vez solucionado el asunto del lugar, ten en cuenta la vestimenta. No esperes a tu pareja con todo un ambiente romántico, la cena, la música… y tú luciendo tus más gastados pijamas. Tampoco es bueno que llegue y te encuentre con el cabello y la ropa recubiertos de harina. Prepara primero la comida y deja todo listo antes de arreglarte. Es como si tuvieras una cita en tu propio domicilio.
Arréglate bien: elige esa prenda especial que tu pareja te ha regalado. Escoge accesorios que combinen. Ponte el perfume que reservas sólo para ocasiones especiales (¿qué ocasión más especial que la de celebrar vuestro amor?). Y, no te olvides, ese día llámale más temprano y dile que tienes una sorpresa preparada y que esperas que a la noche venga más guap@ que de costumbre, así no desentonará con la situación.
La mesa está servida
Lo último en lo que tienes que pensar es en la cena propiamente dicha. Más importante que la comida es disfrutar de un buen momento. Pero no dejes de elegir algún plato que sabes que le gusta, mejor aún si tú puedes prepararlo. Planifica entrada, plato principal y postre, para que sea una cena con todas las de la ley. Consigue los ingredientes con tiempo y prepara la comida para servirla en cuanto tu otra mitad llegue a casa. De todas maneras, si la cocina no es tu especialidad, bien puedes pedir comida hecha y servírsela elegante en la mesa puesta por ti. Se sentirá agazajad@ de todos modos. No olvides descorchar en la mesa un buen vino.
Lo más importante en este tipo de situaciones es hacer sentir especial al otro. Esperarlo con todo preparado, para que pueda relajarse y disfrutar de tus atenciones. Seguramente tú pasarás un momento más que agradable sirviéndole y mirándole a los ojos. Y, no cabe duda, a su debido tiempo tu pareja sabrá retribuirte con creces todo el trabajo que te has tomado.
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