Cuando somos adolescentes, todos nos divertimos comentando la facilidad que tienen los varones para excitarse. Cualquier fotografía de una mujer con pocas prendas de vestir los deja fantaseando, sube su temperatura cuando simplemente ven agacharse a coger un lápiz a una compañera de colegio. Y a medida que van creciendo, parecen no cambiar nunca. Los hombres se han hecho fama de calentones, se divierten haciendo chistes de doble sentido y bromeando con sus amigos. Pero esto no significa que sigan siendo adolescentes de trece años con las hormonas descontroladas.
Si lo que estás buscando es excitar y atraer a un hombre adulto y con más de dos neuronas, no basta con algunas maniobras que hubieran enloquecido a un colegial. Es necesario ser más sutil e imprevista. Después de todo, un hombre puede en un primer momento desear a una mujer que se pasea por la calle en ropa interior a la vista de todos, pero seguramente a la hora de que pase algo con ella, lo pensará dos veces. ¿Por qué? Porque en realidad ellos están buscando a alguien que los ponga cachondos a ellos, pero no a todo el mundo.
Entonces, sé lista y presta atención a estos consejos:
Menos es más
Si quieres seducir a un hombre y hacer que pierda la cabeza contigo, no intentes impresionarlo cada cinco segundos revoleando la tirita del sostén delante de sus ojos, o agachándote para dejar ver tus pantys traslúcidas. Tampoco, frente a él, debes acomodar tus senos en el push-up. La proliferación de estas técnicas -obvias hasta para ellos- te hará ver desesperada. Es preferible que hagas sólo una maniobra bien estratégica, como cruzarte de piernas mientras él te está mirando pretendiendo no haberlo visto. Este tipo de gestos llama más la atención y dispara a las fantasías. Si en cambio, muestras todo, él no tendrá nada que imaginar.
¡Qué boquita!
A un hombre le resulta extremadamente sexy escuchar a una mujer hablando de sexualidad. Pero eso no significa que te pongas a contar detalles íntimos de tu vida personal, del estilo “A mí me gusta que me hagan esto o lo otro”. Para nada. Prueba con comentar algo que hayas escuchado, como “Nosotras las practicantes de yoga tenemos fama de ser flexibles…” y sonríe. En cuanto a los chistes sexuales, la regla para nosotras es muy clara: sí al doble sentido, no a la grosería lisa y llana.
Qué vestimenta elegir
Los gustos varían de hombre a hombre, pero por lo general, suelen resultar más atractivas las chicas que demuestran sentirse cómodas con su propio cuerpo. Así que olvídate de usar una minifalda si luego estarás toda la noche estirándola con tus manos. En cuanto a qué mostrar, claro que calientan los escotes, las piernas, los vestidos sin espalda, los tops strapless, los pantalones ajustados que destacan las caderas. Pero no muestres todo a la vez. Así, si te has decidido por un buen escote, usa una falda más bien discreta. Si vistes pantalones ajustados con botas de taco aguja, escoge una camisa que no se destaque tanto. Salvo que estés en la playa, no muestres demasiada piel al mismo tiempo. Eso hará que él se pregunte cómo hay que hacer para que le enseñes el resto.
¿Y el maquillaje?
Aquí hay que tener cuidado, porque aunque parezca mentira, a muchos hombres les resulta artificial y algo grotesco ver a las mujeres sobrecargadas de pintura. De hecho, algunos prefieren el look a cara lavada. Si optas por maquillarte de todas formas, procura ser sutil. Destaca tus rasgos más sensuales, ya sean los ojos o la boca –nunca las dos cosas a la vez, parecerás un payaso-. Los labios con un brillo mojado resultan particularmente seductores a los chicos, pues incitan a pensar en besos húmedos y profundos.
Toques que levantan la temperatura
Rozarle el rostro con tu cabello si te acercas a decirle algo al oído, ponerle una mano en la cintura cuando lo saludas –gesto que denota intimidad-, tomarlo del brazo cuando caminas junto a él, hablarle cerca mirándolo a los ojos. Evita tocarle la cara: le harás acordar a su madre. Y por supuesto, ni se te ocurra avanzar directamente sobre su trasero a no ser que sean amantes desde hace mucho y quieras ponerlo cachondo en público.
Intenta practicar mentalmente algunas de estas maniobras antes de ponerlas en práctica. Lleva su tiempo, pero de seguro pronto te volverás una experta. Y no habrá chico que pueda resistirse a tus encantos.
|