A mi, si una chica me gusta, si me gusta de verdad... no llego a preguntarme si quiero que haga esto o aquello, porque todo lo quiero hacer yo. Y cuando digo todo, quiero decir que me siento manos, labios, lengua, ojos, pene, oídos... es decir, estoy en permanente dedicación a su cuerpo, que es como el centro del placer de los dos. Me aúno a ella y puedo sentir mis caricias como si me las dieran a mi... no sé bien como explicarlo, es una suerte de empatía sensorial.
Por supuesto, si a ella le gusta participar activamente no hay problemas, pero llega un momento en que me pregunta que me gusta, para hacerlo y entonces le digo que mientras le guste a ella, todo me da igual... entonces poco a poco, se va dando cuenta que lo pasivo no es lo mío, y se va centrando en pocas cosas, como el sexo oral, que para muchas es un ritual necesario... y deja de preocuparse por producirme cosas, que nunca igualarán el placer de que yo haga lo mío, que nos gusta a los dos.
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