El no responder a provocaciones no es complacer a nadie. Que para los pleitos y discusiones se necesitan de dos:
uno que la empiece y otro que la siga.
Si lo ignoras o sabes que las palabras no te hieren no hay ofensa en tu persona ni honor que defender por darte a respetar "al ponerlos en su lugar".
Todos somos tóxicos incluidos nosotros. Mi toxicidad es a nivel medio bajo. Esto quiere decir que puedo lastimar a alguien inconscientemente.
¿Acaso se deben alejar de mí? ¿Yo de ellos si son más tóxicos?
Si se sigue la regla a rajatabla con la familia en ese caso va a ser un individuo muy solitario. Eso sí, el respeto lo va a tener y su honor intacto.
En la familia he sufrido de maltrato psicológico y físico. Decidí perdonarlos y tratarlos como lo que son:
mi familia. Que es la única que tengo.
Hicieron un desastre de mi vida pero estuvo en mi ponerle remedio y gracias a que corregí mis faltas, no cargo heridas emocionales, ni rencores. Nunca tuve la aprobación de mi padre que tanto busque en la infancia, y es que eso hace mucho me dejo de importar. Aceptándolo como figura paternal cuya infancia estricta con reglas machistas fui suprimiendo para ser quien soy actualmente. Alguien feliz cuyas palabras no pueden lastimarme porque les quite el poder de que me afectaran desequilibrando mi bienestar.
No fue sencillo debo confesar. Los ejercicios que más se me complicaron fueron las del perdón. Incluso, llegue a tumbarme al suelo pataleando, sacudiéndome,gritando y llorando, como si estuviera siendo exorcizada. Al terminar con un estado desalineado me dije a mi misma -
"Ya me siento mejor".
En el campo laboral se me ha dicho que no entiendo de marcas; que me ponga a estudiar, sobre clientes que me marean con su labia, que no pierda ventas por falta de información o dejarme intimidar.
A veces hasta me dicen que no se nada. Obvio, eso es falso. Nadie sabe nada así como tampoco alguien lo sabe todo. Pregunto de mi falla y la corrijo, aunque no me lo hayan dicho de buena manera.
En otras sucursales el área fue muy competitiva si me puse agresiva para que respetaran mi turno pero esto afecto mi salud considerablemente, paralizando mi pierna izquierda. Al ser
PAS las emociones me afectan físicamente. Entonces di un giro por mi propio bien; eliminando la ira, relajándome y estando en un modo más cooperativo.
Entiendo que la adversidad que se nos presenta en la vida nos enseña a fortalecer el carácter. Pero, no me refiero a cambiar la amabilidad a la agresividad.
Sino de evolucionar nuestra personalidad para no perdernos, teniendo más firmeza y estabilidad. Cuando la angustia y el dolor nos oprime el pecho, lo mejor que podemos hacer es gritar y llorar todo lo que sea necesario.
El bienestar incluye necesariamente el dolor y la existencia de problemas, y esta en nosotros seguir optimistas.
¿Cómo enfrentar las provocaciones? Del mismo modo que se habla, se camina o se maneja una computadora: aprendiendo. La virtud no es un don de la naturaleza: se aprende y se entrena.
Yo tengo la piel suavecita, no tengo colmillos, ni zarpas, debido a que no requiero mutar para darme a respetar.