Bien, él sabe que le amas; captó el mensaje. Mensaje captado alto y claro; pelota en su tejado.
Por otra parte, tiene pareja y están enfadados. A veces me sale a relucir una tierna moralina con estas cosas que ni me aguanto. Podría decir que haces bien poniéndote ahí como la siguiente de la lista, en palco preferente, y que has escogido un momento perfecto, que es el derrumbe de la relación. Un oportunismo impecable; y no quiero que te enfades si lo llamo así, pues estás aprovechando unas circunstancias, en pro de conseguir un objetivo, olvidándote de un principio básico, que es no meter mano entre novios.
Las parejas se respetan, en su ciclo completo; y aunque hayan cortado y estés a punto de montar una fiesta, nadie te garantiza que él supere el apego, pudiendo tener la cabeza dispersa, mientras te usa de segundo plato o postre lácteo. Las transiciones pueden ser cuando no lentas, eternas; o directamente un fiasco (de intensidad dolorosa proporcional a las expectativas que pongas en esta especie de charca de arenas movedizas donde te estás metiendo).
Pongámonos en un hipotético y más que probable futuro feliz, con una persona que te quiere y de repente se cruza otra chica por el camino, durante esos oscuros y olvidables días en los que os peleáis. Se ponen los pelos como escarpias con solo saberlo ¿Verdad?
Pues eso.
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