Bueno, diré mi experiencia sobre el tema espero no ser la mata-ilusiones de este hilo.
Me encanta leer, siempre busco momentos adecuados para absorberme en la lectura. Ir a la biblioteca en las vacaciones (
menos en en estas recientes por falta de personal en el trabajo, llegando molida a casa) ya que casi siempre se encuentra vacío y muchos libros disponibles.
Ir a un café-librería, aunque no le soy fiel a uno en especifico,
mi espacio favorito son los parques. Me agrada la brisa que se siente al estar sentada bajo los arboles, es tan tranquilo que a veces me da sueño.
Me encuentro tan atrapada en la historia que estoy leyendo que he tenido varias emociones desde reír, asustarse y llorar. También me ha pasado de personajes que me han aburrido que tardo bastante en pasar página por hacerme cabecear y rara vez el de hacerme enojar hasta arrojar el libro.
En eso me han llegado a interrumpir hombres para saludarme. Mi primera reacción
es el enfado ya que me han interrumpido sacándome de golpe de mi mundo. Pienso que tal vez quieran decirme algo importante y les presto atención a sus palabras.
Tengo doble enfado cuando su acercamiento es para presentarse desde querer saludarme hasta de preguntarme que libro estoy leyendo por hacer tantos gestos.
Acepto que no soy nada amable.
Soy sociable, me agrada hablar con desconocidos, pero por alguna extraña razón no me gusta ser atajada abruptamente cuando estoy leyendo respondiendo en monosílabos, dando un ambiente incomodo por la cual terminan retirándose.
No le veo mal el de un mensaje en una servilleta, me parece una maniobra adecuada para alguien que ama leer. Sobre el número de teléfono es algo excesivo. Mejor, has una presentación, menciona el motivo por la que la quieres conocer y finaliza con una frase celebre.
Diré que incluso el café-librería hasta el mesero que te habla es algo irritante donde gracias a Dios aquí en México se están modernizando para que cuando te vean leer no te interrumpan trayéndote tu pedido.